Honduras, tres presidentes y un futuro incierto


Una mujer indigente camina por las calles de Tegucigalpa tras la elección del pasado lunes. La crisis polí­tica en Honduras ha hecho olvidar las penurias que pasa la población, en uno de los paí­ses con mayores í­ndices de pobreza y violencia de Centroamérica y del continente. FOTO LA HORA: AFP Orlando Sierra

Honduras se encuentra este jueves con tres presidentes –el depuesto, el electo y el golpista- y un futuro incierto al dí­a siguiente del aplastante rechazo del Congreso Nacional a restituir al mandatario depuesto Manuel Zelaya.


Manuel Zelaya, presidente depuesto de Honduras, observa al exterior desde dentro de la Embajada brasileña en Tegucigalpa. Hasta el momento, no se sabe cuál será el futuro de Mel, del cual depende el futuro diplomático de Honduras. FOTO LA HORA: AFP Orlando SIERRA.Para evidenciar su paso por la Presidencia hondureña, Roberto Micheletti mandó a hacer un sello postal en el que se evidencian los principios que prevalecieron durante su gobierno de facto. FOTO LA HORA: AFP ORLANDO SIERRA

«Lo que sucedió ayer era previsible porque el golpe de Estado del 28 de junio fue un golpe institucional» y deja claro que la «oligarquí­a tiene un plan a largo plazo para seguir gobernando el paí­s», argumentó el escritor y analista hondureño Eduardo Bahr.

La decisión del Congreso hace que el recién electo Porfirio Lobo vea limitado su margen de maniobra para reconciliar a los hondureños y a Honduras con la comunidad internacional cuando asuma el poder en enero, y que el depuesto Zelaya vea reducidas sus opciones a partir al exilio, hacer frente a la justicia o seguir en la embajada de Brasil, donde lleva dos meses y medio.

Por su parte, el golpista Roberto Micheletti refuerza su posición, tras apartarse temporalmente del poder durante las elecciones.

Con 111 votos en contra de la restitución de Zelaya y 14 a favor, el Congreso dominado por los dos partidos de derecha, Liberal y Nacional, liquidó además cualquier esperanza de que la clase polí­tica hondureña mostrara propósito de enmienda ante la comunidad internacional.

Estados Unidos, el promotor del acuerdo que impuso al Congreso decidir sobre Zelaya, expresó su decepción: «estamos decepcionados por esta decisión, porque esperábamos que el Congreso aprobara su restitución», dijo el subsecretario de Estado para América Latina, Arturo Valenzuela.

A la «vergí¼enza nacional» que supuso la votación, como lo definió Zelaya, contribuyó de manera decisiva el Partido Nacional de Lobo, que con 55 diputados tení­a la llave para enterrar el golpe.

Ello le hubiera permitido allanar el difí­cil camino que le aguarda para reinsertar al paí­s en la comunidad internacional, que ha suspendido una parte de sus ayudas, y mejorar la situación del 70% de los hondureños que viven en la pobreza.

En cambio, la decisión del Congreso consagra al gobierno de Micheletti, de la derecha más tramontana del Partido Liberal, que sin duda va a maniobrar para dar al traste con los planes de Lobo de dialogar con todas las fuerzas y formar un gobierno de unidad nacional.

«Hasta que no asuma el 27 de enero es rehén de la situación y de las decisiones que está tomando Micheletti», dijo a la AFP Francisco Rojas, secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), con sede en Costa Rica.

Zelaya, por el momento, no ha dicho cuáles son sus planes. «Yo tengo que seguir luchando por mi paí­s, aquí­ tengo mi gente, mis hijos, mis nietos, mis partidarios», declaró este jueves Zelaya a una radio local.

Las alternativas son seguir en la legación brasileña, donde cuenta con el apoyo del presidente Luiz Inacio Lula Da Silva, hasta que asuma el nuevo gobierno, entregarse a la justicia o exiliarse.

Tras la contundente derrota del miércoles, que dejó de manifiesto las escasas fuerzas con las que cuenta, parece poco probable que pueda ser parte del diálogo nacional, como Lobo sugirió en ví­speras de las elecciones.

El nacionalcatolicismo hondureño, con Micheletti a la cabeza, ha dejado claro que le gustarí­a verle sentado en el banquillo de la justicia, que lo acusa de 18 delitos.

Honduras «pronto dejará de estar en el centro de la atención internacional y quedará en el ostracismo», advierte Rojas.

Esto incidirá, según Rojas, en la capacidad de uno de los paí­ses más pobres de América Latina para lograr los Objetivos del Milenio, invertir en salud y educación, crecer económicamente y crear empleo, con el consiguiente riesgo de que siga expulsando emigrantes a Estados Unidos y Europa, y que con sus remesas sostienen el 24% del PIB.

NUMEROSAS VIOLACIONES

La organización humanitaria Amnistí­a Internacional (AI) afirmó este jueves tener documentadas «numerosas violaciones» a los derechos humanos desde el golpe de Estado sucedido hace cinco meses en Honduras, y exigió que se juzgue a los responsables.

«Durante su visita a Honduras la delegación de Amnistí­a Internacional documentó numerosos casos de violaciones a los derechos humanos que tuvieron lugar desde el 28 de junio cuando el presidente Manuel Zelaya fue forzado al exilio», dijo en conferencia de prensa el mexicano Javier Zúñiga, jefe de la delegación de AI.

Uso excesivo de la fuerza, detenciones arbitrarias por la policí­a y las fuerzas armadas, uso indiscriminado de gases lacrimógenos, malos tratos a detenidos, violencia contra las mujeres, acoso de activistas, periodistas, abogados y jueces, han sido documentados por AI en su visita de diez dí­as al paí­s centroamericano, afirmó Zúñiga.

«La crisis de Honduras no termina con los resultados electorales, las autoridades no pueden volver a la normalidad sin garantizar salvaguardias de derechos humanos», agregó.

El activista mexicano desplegó un arsenal de bombas lacrimógenas y gases mostaza utilizados por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes y seguidores de Zelaya.

«Producen efectos meses después de haber sido lanzados», advirtió a los periodistas presentes en la conferencia de prensa.

Quemaduras, irritaciones de piel y problemas respiratorios y en los ojos son algunos de los efectos que están sufriendo las ví­ctimas tiempo después. Los médicos no tienen tratamientos para curarlos ya que se desconoce la composición de los quí­micos utilizados en su elaboración, recordó.

Tras el rechazo mayoritario del Congreso hondureño a restituir a Zelaya, el miércoles, el «cuadro legal que puso en vigor el gobierno de facto está todaví­a en operación», alertó Zúñiga.

Varios jueces que manifestaron su oposición al golpe de Estado están en un comité disciplinario de la Corte de Justicia, señaló.

El miércoles también murió una persona que resultó herida por un retén militar antes de las elecciones del domingo.

Amnistí­a ha pedido a las autoridades que tomarán las riendas del paí­s a partir del 27 de enero que revoquen toda la legislación, decretos y órdenes emitidas por el gobierno de facto, se aseguren de que las fuerzas armadas regresen a sus cuarteles, y que todos los implicados en las violaciones de los derechos humanos rindan cuentas ante la justicia.

Por último, también les ha pedido que elaboren un Plan Nacional para la protección de los derechos humanos, en un paí­s donde es un tema tabú que ni siquiera le interesa a la mayorí­a de los medios de comunicación nacionales.

«Algo que no habí­a visto en mis 32 años de experiencia», declaró Zúñiga a la AFP, y dijo esperar que la situación polí­tica «sea un elemento catalizador» que tiene que «abocarse a una reforma de fondo del sistema de derechos humanos».