El presidente hondureño, Manuel Zelaya, ratificó el cierre para aviones de gran tamaño del capitalino aeropuerto Toncontín, luego del accidente del avión de TACA del 30 de mayo, pese a las presiones de los sectores económicos para que lo reabriera.
El gobernante justificó el cierre con la lectura de un resumen de un informe de técnicos de la Organización de la Aviación Civil Internacional de las Naciones Unidas (OACI, siglas en inglés) que realizaron una inspección, el cual señala «obstáculos que deben de ser salvados» antes de que se reabra el aeropuerto.
Zelaya habló anoche en cadena de radio y televisión, luego de una reunión con el Comité para la Defensa de Tegucigalpa, encabezado por el alcalde de la capital, Ricardo ílvarez, y representantes de las fuerzas vivas, especialmente los empresarios, quienes están molestos con la decisión del mandatario.
El Presidente destacó un párrafo del informe de la OACI en el que «considera adecuada y recomendable la decisión tomada por el gobierno de Honduras, como consecuencia del accidente del Airbus A320 del 30 de mayo de 2008 limitando las operaciones de aeronaves a aquellos aviones que pertenecen a la categoría A y B (menos de 42 pasajeros)».
«En muchos años se han edificado casas, carreteras que más bien han complicado con obstáculos lo que ya era un problema anterior por la pista, rodeada de montañas y un límite de pista bastante corta (1.800 mts)», agregó el Presidente citando el informe.
El gobernante anunció también la creación de un comité cuyos miembros «puedan decirnos el martes cómo y cuándo el Estado de Honduras puede ir cumpliendo (la reparación de) las deficiencias señaladas en estos informes técnicos».
Zelaya ordenó el 30 de mayo el cierre de Toncontín para aviones de categorías B y C y sólo permite las operaciones de aviones de menos de 42 pasajeros, luego del accidente de un avión de TACA que dejó cinco muertos y 65 heridos.
El presidente ordenó comenzar las gestiones para el uso de Palmerola, la pista de una base militar construida por Estados Unidos entre 1984 y 1985, que se encuentra en el valle de Comayagua -a 70 km de la capital hondureña-, pese a que la terminal carece de instalaciones para atender a pasajeros.
Mientras tanto, las aerolíneas están utilizando el aeropuerto Ramón Villeda Morales de la ciudad de San Pedro Sula, 240 km al norte de la capital.
«Hemos dado un paso para atrás, estoy realmente preocupado por la ciudad y será el Comité Pro defensa de la Capital que decida cuáles son las siguientes acciones que debemos tomar», advirtió el alcalde, luego de la comparecencia de Zelaya.
«Están ingresando 500 personas menos a la ciudad vía Toncontín, eso tiene un impacto enorme», lamentó Alvarez.