El día de ayer, de conformidad con noticias de prensa, la jueza Patricia Flores Polanco, titular del Juzgado de Mayor Riesgo, estimó que los hechos acontecidos en la cumbre de Alaska el pasado 4 de octubre, por los que se juzga a nueve militares, podrían ser constitutivos de los delitos de homicidio en estado de emoción violenta e incumplimiento de deberes, delitos, por los cuales se iniciará juicio en contra de los sindicados.

La decisión de la Juzgadora es contraria a la solicitud del Ministerio Público, ente que promovía que a los acusados se les juzgara por los delitos de Ejecución Extrajudicial y Ejecución Extrajudicial en grado de tentativa y de conformidad a los relatos de prensa que he leído, el razonamiento de la Jueza, en el que se basó para dictar la resolución, hace ver los errores que se cometieron en la escena del crimen, en donde distintas personas llegaron a contaminar las pruebas y señala, además, que los testimonios de los pobladores involucrados en los hechos no fueron congruentes y en consecuencia emitió el fallo ya relacionado.

Me parece importante resaltar que el fallo de la jueza Flores Polanco es acorde a las primeras noticias que recibimos sobre la tragedia, cuando distintos medios de prensa informaban y relataban, en primer lugar, la imprudencia del Jefe del destacamento militar al sobrepasar el cordón policial que se había establecido a una prudente distancia de la manifestación, así como también, cómo la población al ver a los soldados formarse inició el ataque en contra de los militares. Sin duda y como ya había señalado en un anterior artículo, la situación de los soldados al verse rodeados por miles de personas que les agredían, en una posición vulnerable y sin contar con su jefe inmediato que había desaparecido es una situación extrema que pudo haber derivado en el uso de las armas y originado el saldo trágico de ese día.

El delito de homicidio en estado de emoción violenta reconoce como elemento esencial el fallecimiento de una o varias personas a manos del sindicado, pero encontrándose este último en un estado emocional de tal naturaleza que el mismo le impide actuar de manera racional y ejecuta los hechos sin que pueda controlar sus emociones. Me parece correcto que los militares vayan a juicio y enfrenten una pena, por supuesto que la misma sea acorde a lo que haya acontecido, me parece trascendental que en el debate se analice el uso racional de la fuerza y la proporcionalidad de la misma. Al final lo que este país necesita es justicia y que esta sea efectiva, lo que debemos de comprender es que la justicia que no es más que dar a cada uno lo que le corresponde, lo cual es distinto a buscar los mayores castigos sin importar si los hechos tipifican un delito o no. En el presente caso el juicio debe de continuar y debe de existir una sentencia condenatoria, los muertos realmente existieron y debe de deducirse la responsabilidad adecuada a los autores, pero en su justa medida.