Homenaje al viejo Renoir


La escultura hecha por el artista francés Aristide Maillol en homenaje al pintor francés Pierre Aguste Renoir Durante la exhibición

Parí­s rinde tributo a la vejez del artista francés Pierre Auguste Renoir -que a sus 72 años declaró: «comienzo sólo ahora a saber pintar»-, con una exposición protagonizada por las obras que ejecutó en el último periodo de su vida, entre ellas unos magní­ficos desnudos.


La figura de Una mujer observa dos pinturas

El desafí­o de la muestra «Renoir en el siglo XX», que abre sus puertas el miércoles en el Grand Palais de Parí­s, es que el público «descubra a un artista que estuvo siempre en búsqueda de algo distinto, que no tuvo miedo de renovarse, de romper con el impresionismo», explicó la comisaria, Sylvie Patry.

En un recorrido por las hermosas salas del Grand Palais, mientras los trabajadores estaban todaví­a colgando los cuadros, Patry explicó que la exhibición aspira a destacar «el lugar de Renoir (1841-1919) en la fuente de la modernidad en el arte».

La pintura del que fue calificado por el genio español Pablo Picasso como «el Papa de la pintura», y por el poeta francés Guillaume Apollinaire «como el más grande artista vivo», ha sido menospreciada muchas veces. «Se ha relegado a Renoir, considerándolo un pintor fácil, decorativo», señala.

«Hay un cierto esnobismo, que ha llevado a calificar a Renoir un ilustrador de cajas de chocolate», por sus cuadros de rubias jovencitas, como en el cuadro «Jeunes filles au piano», que abre la exposición y que fue el primer cuadro que entró en un museo, en 1892, explica Patry. «Un pintor fácil», insiste.

Pero nada más lejos de la verdad, como atestigua el centenar de cuadros, dibujos, esculturas, que presenta el Grand Palais, entre los que sobresalen una serie de monumentales desnudos ejecutados a fines del siglo XIX y a comienzos del XX, que evocan la búsqueda de Renoir por el clasicismo.

«Renoir es considerado con Cézanne como el padre de la modernidad clásica en el arte», subraya la comisaria.

«Con sus desnudos, creó también un nuevo tipo femenino sensual, de formas redondas, asociada a la naturaleza, a la fecundidad», subraya Patry.

Agregó que artistas geniales como Henri Matisse, Pierre Bonnard, Pablo Picasso y el escultor Aristide Maillol le profesaron una gran admiración y se inspiraron en él para muchas de sus obras, algunas de las cuales cuelgan de las paredes del Grand Palais, confrontando a las de Renoir.

«Renoir creció siempre. Sus últimos cuadros son siempre los más hermosos. Son también los más jóvenes», escribió Apollinaire.

El artista buscó llegar a la esencia de la pintura, abandonando los temas de la vida moderna, que eran de los preferidos de los impresionistas, para recrear un mundo intemporal, saturado de color», explicó.

Y ello, que en su vejez, Renoir fue afectado por una graví­sima artritis, que no le impidió sin embargo poder manejar el pincel, el que se ataba a las manos.

La muestra en Parí­s, que cierra el 4 de enero del 2010, reúne algunos cuadros pocas veces vistos, provenientes de coleccionistas privados, y de museos del mundo entero, desde la Fundación Ishibashi de Tokio al Museo de Arte de Sao Paulo, en Brasil, pasando por museos de Austria, Canadá y Estados Unidos.

Además, la muestra incluye fotos inéditas y esculturas creadas por el artista, en la última etapa de su creación, para los que contó con la colaboración del joven escultor catalán Richard Guino, que «fungió como las manos de Renoir», dice la comisaria.

Después de Parí­s, «Renoir en el siglo XX» viajará al Los íngeles County Museum (14 febrero-9 de mayo) y al Museo de Arte de Filadelfia (12 de junio al 5 de setiembre).