El cuerpo femenino en todo su esplendor simbólico es fuente ancestral de inspiración, como lo demuestran las 150 esculturas de la exposición «Mujeres en las artes de Africa», inaugurada en el Museo Dapper de París.
La noche es una diosa en el antiguo Egipto y las bailarinas de Camerún son «amazonas», nos recuerda esta exposición del Museo Dapper, el museo de arte africano más importante de Francia cuyo nombre es el de un humanista holandés del siglo XVII.
Dirigido por la sabia guyanesa Christiane Falgayrettes-Leveau, el museo presentará hasta julio de 2009 desde las célebres estatuillas baoulés (Costa de Marfil), llamadas «cónyuges del Más Allá», hasta bastones de danza de sacerdotisas yorubas y muñecas «nkisi» kongo protectoras.
Los «cónyuges del Más Allá», la esposa-espíritu «blolo bla» y el marido-espíritu «blolo bian», con las manos puestas sobre el vientre y expresiones de pesadumbre o reproche, atraen de manera irresistible a los visitantes.
Por su misticismo y su relación con la naturaleza los baoulé creen que cada persona tiene una pareja en «el más Allá». Cuando la persona nace el «otro» o la «otra» quedan solos «allá», se sienten abandonados y el viviente se expone a su cólera.
Si el amante del otro mundo atormenta al viviente con enfermedades o sueños, éste debe ir donde el brujo -o adivino- quien entonces le aconsejará mandar a esculpir un ídolo, colocarlo en un altar y hacerle ofrendas para calmar el espíritu furioso.
La exposición tiene un carácter histórico porque por primera vez se reúnen tantas obras, algunas de ellas prestadas por el Museo Real del Africa Central de Tervuren (Bélgica), el Museo del Louvre, los museos de Amberes, Múnich, Zurich y Ginebra y por coleccionistas privados.
También hay maternidades de Malí, amuletos de Ghana y hieráticas máscaras de Benín, cuyo saberes secretos se ramificaron a las costas de América sobreviviendo a la trata de esclavos.
«Las mujeres evocan la idea de sensualidad y fecundidad, los objetos son estéticos pero nos informan sobre las funciones desempeñadas por las mujeres en la vida política, económica, social o religiosa», dice Falgayrettes-Leveau, reconocida especialista, destacando que muchas obras subliman el embarazo y la maternidad.
«Las obras expuestas destacan que las mujeres no están limitadas al espacio familiar, al de la procreación o las labores domésticas, sino que ejercen en algunos pueblos el poder político y espiritual. Para destacar un linaje los escultores fabricaban rostros en arcilla de las reinas-madres, las iyoba, de Nigeria o de las madres todopoderosas del reino de Ghana», señala.
El museo también abre sus puertas al arte moderno con la exposición de las fotografías de mujeres de la camerunesa Angele Etoundi Essamba, residente en Europa desde su infancia, quien muestra las realidades del exilio y la vida entre dos culturas, entre tradición y modernidad
En París y en toda Francia viven centenares de miles de personas del continente africano, conocido en tiempos de Homero como «el país de los etíopes», la tierra de los rostros quemados por el sol, ahora llamados sub-saharianos.
La película ganadora en el reciente festival de Cannes, «Entre los muros», cuenta entre otras historias las dificultades de integración a la cultura urbana francesa no sólo de un joven de Malí sino de un muchacho procedente de Martinica, «territorio francés de ultramar».