Hombres y mujeres de maí­z


El encarecimiento del maí­z, que según el Instituto Nacional de Estadí­stica (INE) ha aumentado en casi 17% en Guatemala, condiciona la cultura material básica del paí­s.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

El problema del maí­z en Guatemala tiene componentes cosmogónicos, ya que éste explica gran parte de la cultura, no sólo del paí­s, sino de toda Mesoamérica.

Por ejemplo, hay que recordar la historia del Pop Wuj, en donde, tras dos intentos fallidos de crear al hombre, se decidió hacerlo de maí­z.

Es decir, la cultura del hombre mesoamericano está hecha de maí­z. Aunque esto tenga algún componente mí­tico, la verdad que esto deberí­a relacionarse con otro componente: el económico.

La base comercial y económica de los pueblos mesoamericanos era el maí­z, por lo que no es difí­cil comprender que la concepción de toda la cultura se hace a través de este grano básico.

Según Raanan Weitz, un experto en agricultura en desiertos y zonas áridas de Israel, visitó hace algunos años el paí­s vecino de México. í‰l interpretaba la cultura material de los pueblos, basándose en el cultivo de la región.

Como en este caso, el maí­z, no sólo representa una actividad económica, fundamental para el desarrollo de los pueblos de la región, sino que también representa gran parte importante de la vida y de la organización social de la región. La cultura del maí­z no sólo se enraizó en Mesoamérica, sino que prácticamente en todo el continente, desde las grandes planicies estadounidenses al pie de los Montes Apalaches, hasta las zonas áridas de Los Andes.

íšnicamente en Argentina y Chile, por su suelo con clima más frí­o, y en Brasil, por la intensa selva, no se desarrolló la cultura del maí­z.

Sin embargo, el maí­z no quedó únicamente en la época prehispánica, sino que continuó siendo parte fundamental de la cultura americana, sobre todo de los pueblos indí­genas.

Hoy dí­a, el maí­z continúa siendo el centro de la cultura de las áreas rurales, además de ser parte importante dentro de la cultura rural.

Analizando el problema

En los últimos meses, en México y en Centroamérica se ha sentido un incremento del maí­z. Esto debido a dos factores: el libre comercio de cero aranceles del maí­z entre Estados Unidos y los paí­ses mesoamericanos, y el auge que ha obtenido el grano con los programas para producir etanol.

Por tal razón, los gobiernos de la región han decidido «bajar» el precio de los aranceles del maí­z blanco y amarillo, sin recordar que éste está casi a cero con relación a Estados Unidos y Centroamérica. Ahora, se espera que de otros paí­ses logre entrar maí­z, es decir, importar el producto que es natural en la región.

Es irónico que, pese a que la región se produce el maí­z en casi todo el territorio, se tenga que importar; básicamente, el hecho se da en que el maí­z es habitual en toda la región, pero éste es únicamente para la subsistencia de las familias minifundistas.

Incluso, el consumo interno no es suficiente, ya que queda un vací­o por llenar.

Con el Tratado de Libre Comercio, se pensaba que no se podí­a competir con el maí­z proveniente de Estados Unidos, ni con la alta productibilidad de los transgénicos. Por tal razón, se desató una intensa actividad para modificar los productos tradicionales, para que el agro produjera otro tipo de cultivo.

Al abandonar el cultivo del maí­z guatemalteco, con la excusa de que éste era de mala calidad, y con la reciente alza del maí­z en el mercado internacional, prácticamente el consumidor guatemalteco quedó desamparado.

Y, lejos de que los Estados reconozcan el fracaso, aún se piensa en que la solución del momento debe ser importar de otras naciones…

Visita de Bush

Con datos del año pasado, fue necesario importar el 35% del consumo interno del maí­z dentro del paí­s, lo cual reflejó que ni siquiera tenemos la capacidad de autoabastecernos del grano básico.

Se intentó cambiar el modelo de producción de maí­z, como ya se mencionó, por otros cultivos, que fueron llamados «no tradicionales», los cuales recibieron bastante «publicidad» para incentivar su cultivo.

Sin embargo, como se puede ver en la tabla IMPORTACIONES, se observa que estos productos «no tradicionales» no han tenido, con el TLC, ese «empuje» que debieron haber tenido, y que el libre comercio no sirvió para hacer crecer este comercio; al contrario…

De hecho, la reciente visita de George W. Bush, presidente de Estados Unidos, trajo consigo el «incentivar» este nuevo modelo, ya que dos propuestas en su llegada fueron: «felicitar» a los productores «no tradicionales», por lo cual visitó la empaquetadora en Tecpán, y promover el etanol.

Es decir, este sistema que ha encarecido el maí­z, fue uno de los puntos claves de la visita del presidente estadounidense (además de promover alternativas al petróleo, foco de poder de Venezuela, y limpiar su imagen en contra de los latinoamericanos).

En Guatemala, empresarios han hablado más por su interés propio, ya que en las propuestas que existen para solucionar la crisis del maí­z, no han servido para, realmente, aliviarla.

Cada vez más, en nuestro territorio, el área cultivable es menor, y las zonas que eran adecuadas para el cultivo de maí­z a gran escala, ha sido ocupado para cultivar otro tipo de hortalizas.

De tal suerte, los cultivos más cotizados, como el brócoli, los berries y la arveja china, han ganado lugar, mientras que el «pobre» maí­z, se ha ido a menos.

Problema nutricional

El hecho de que se encarezca el maí­z no sólo tiene sus connotaciones económicas, sino que se está trastornando toda la base cultural y alimenticia de Guatemala. Piénsese en este último punto, y se podrá observar que el maí­z realmente ha sido la base nutricional de Guatemala.

En todos los puntos del paí­s, la tortilla es fundamental para la alimentación; incluso, en zonas como la de Petén, en donde los cultivos son por demás escasos, el maí­z no falta en la mesa.

El problema de la desnutrición en Guatemala ha sido, históricamente, atacado a través de productos con base en harinas, especialmente del maí­z; de esa forma, ha habido harinas fabricadas con amaranto, soya y del grano básico del que se está hablando.

Pero, fuera de eso, no ha habido un incentivo, desde hace años, para la producción del maí­z. De hecho, ha habido un fuerte impulso a productos agrí­colas, ofreciéndose préstamos; pero para programas del maí­z, no, ya que éste no es rentable.

Por su parte, el programa de los fertilizantes iniciado durante el gobierno de Alfonso Portillo, pretenden para este año una dotación de millón y medio de quintales, distribuidas a un precio de Q55.00.

Se han realizado estudios, en donde se ha corroborado los nutrientes de una dieta tí­pica del área rural en Guatemala, es decir maí­z y frijol, y se ha comprobado que durante siglos, los pueblos rurales han logrado sobrevivir, ya que esta dieta ofrece los nutrientes, proteí­nas y aminoácidos básicos, para poder desarrollarse con normalidad.

Entre maí­z y frijol existe un complemento perfecto, ya que los nutrientes que tiene el frijol, no los tiene el maí­z, y viceversa. La dieta sólo se complementa con hierbas silvestres, chile y la comida de carnes de animales de granja, de vez en cuando, más o menos, una vez al mes.

Si se provocan las condiciones para desaparecer al maí­z de la mesa del guatemalteco, una desnutrición mayor y mayor hambre podrí­a venir para la nación.

El maí­z, en el Popol Wuj

De Paxil, Cayalá, así­ llamados, vinieron las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas.

í‰stos son los nombres de los animales que trajeron la comida: el gato de monte, el coyote, la cotorra y el cuervo. Estos cuatro animales les dieron la noticia de las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, les dijeron que fueran a Paxil y les enseñaron el camino de Paxil.

Y así­ encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre. Así­ entró el maí­z por obra de los progenitores.

(Tercera parte, capí­tulo primero)

Hombres de maí­z

Tierra desnuda, tierra despierta, tierra maicera con sueño, el Gaspar que caí­a de donde cae la tierra, tierra maicera bañada por rí­os de agua hedionda de tanto estar despierta, de agua verde en el desvelo de las selvas sacrificadas por el maí­z hecho hombre sembrador de maí­z.

(Miguel íngel Asturias)

IMPORTACIONES

En el segundo semestre del 2006, no hubo ni una sola exportación a Estados Unidos de apio, remolacha, coliflor y brócoli.

La exportación de vegetales en general ha bajado casi 1.5 miles de toneladas métricas.

La arveja, el principal producto «no tradicional», que obtuvo su auge hace varios años, ha bajado durante el año pasado en su exportación…

Entre el 2005 y el 2006, la importación de maí­z blanco de Estados Unidos, ha crecido en más del 17%, y del maí­z amarillo, en 20%.