Boca Juniors y Estudiantes, los grandes protagonistas del Torneo Apertura-2006 de Primera División, se enfrentarán mañana en un inédito encuentro de desempate por el título del campeonato del fútbol argentino.
El cruce entre el equipo auriazul de Ricardo La Volpe y los ’pincharratas’ de Diego Simeone, que se jugará el miércoles desde las 17H10 locales (20H10 GMT) en el estadio de Vélez Sarsfield, es el resultado de un inesperado cierre de campeonato.
Boca, líder indiscutido durante varias fechas se desmoronó sobre el final del torneo y permitió que Estudiantes, con una arremetida notable, lo alcanzara en la cima de la tabla, que terminaron por compartir con 44 puntos cada uno.
El equipo ’xeneize’ estuvo en condiciones de asegurarse el primer tricampeonato de su historia cuando faltaban dos fechas, pero cayó en su visita a Belgrano de Córdoba (1-0), y el domingo pasado perdió en la ’Bombonera’ en un dramático partido con Lanús (1-2), cuando le bastaba con un empate para conquistar el Apertura.
Estudiantes, que hace dos fechas estaba a cuatro unidades de Boca, redujo la diferencia a cero con un empate 2-2 ante Argentinos Juniors luego de estar en ventaja hasta el segundo minuto de descuento, y en la última jornada consiguió un épico triunfo a minutos del final frente a Arsenal (2-0).
Con estos antecedentes todavía frescos, el favoritismo cambió repentinamente de vereda.
Según las encuestas, Estudiantes es ahora el gran candidato a quedarse con la victoria y a ganar el cuarto título de su historia en el fútbol local, 23 años después de la conquista del Nacional-1983.
La Volpe, quien asumió en Boca hace apenas tres meses, quedó preso de sus palabras cuando aseguró que se iría del club si no lograba el campeonato.
«Si no salgo campeón, me voy», había dicho la semana pasada en una muestra de confianza que se hizo añicos la noche del domingo con la caída frente a Lanús luego de haber estado en ventaja, por una pobre actuación colectiva de sus dirigidos.
Confundido y golpeado por dos derrotas que no estaban en los planes de nadie, Boca está obligado a recomponerse de inmediato para jugar su última carta en el desempate, luego de haber desperdiciado una diferencia que parecía imposible de remontar para los rivales.
De su lado, Estudiantes hizo bien todo lo que tenía que hacer, pues después de un inestable arranque de campeonato empezó una racha casi perfecta a partir de la octava fecha.
Hilvanó una serie de diez triunfos consecutivos hasta quedar como único e implacable perseguidor de un Boca al que terminó por arrinconar.
Bajo la conducción del ’Cholo’ Simeone, un DT que hasta hace diez meses era jugador en Racing Club, Estudiantes consolidó su estructura en la experiencia y la habilidad del internacional Juan Sebastián Verón y en el poderío goleador del artillero Mariano Pavone.
Durante buena parte del campeonato, Boca se afirmó en el talento del mediocampista Fernando Gago y en la velocidad y destreza de Rodrigo Palacio, pero el brillo de sus joyas se apagó en el momento menos pensado.
Como punto fuerte, Boca cuenta con un equipo que rinde a pleno en las finales y exhibe personalidad y temperamento en los momentos difíciles, característica que lo distinguió en las últimas temporadas.
Estudiantes tiene la confianza por los cielos y la virtud de haber alcanzado un estilo de juego sostenido en la presión constante, el despliegue solidario en todos los sectores y un espíritu ofensivo y tenaz que lo ha empujado una y otra vez al triunfo.
Este desempate será el primero en la historia desde la introducción de los torneos semestrales a mediados de 1992, que promete emoción y dramatismo.
Será el sorprendente desenlace de un campeonato extraño, marcado por violencia en los estadios, escándalos y suspensiones de partidos que dejaron el fútbol argentino al borde del abismo.