HISTORIA Y VIDA: ASOCIACIí“N DE CRUZADOS DEL SANTO SEPULCRO DE LA RECOLECCIí“N


William Cameros

Universidad de San Carlos de Guatemala Hablar de las procesiones del Barrio de la Recolección es hablar del auge, evolución y desarrollo que las mismas tuvieron en pleno siglo XX, lo que nos hace remontarnos a la mitad del siglo pasado en el momento histórico en que fueron fundadas las actuales hermandades de pasión de ese templo.


No podemos olvidar al fundador de la Asociación de Cruzados del Santo Sepulcro, Fray Miguel íngel Murcia Muñoz quien nace en Murcia, España el 21 de diciembre de 1908, el cual por coincidencia del destino, lleva como apellido el nombre de la ciudad que le vio nacer. Es así­ como buscando datos del fundador de las hermandades recoletas emprendemos un viaje a la ciudad de Murcia que se encuentra al sur este de la pení­nsula Ibérica, la cual comparte una Semana Santa muy particular, al igual que otras ciudades españolas, como Sevilla, Zamora, Cádiz, Córdova, entre otras. Uno de los primeros lugares que encontramos en las costas del mediterráneo, fue la orden Franciscana de Cartagena. A partir del año de 1922 se establece en Centro América, creando la Custodia del Santí­simo nombre de Jesús en Guatemala, la cual cubrí­a los paí­ses de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, es por esa razón que el templo de la Recolección lleva el nombre titular de esa misión Franciscana de Santí­simo nombre de Jesús. Fray Miguel Murcia ingresa a la orden Franciscana de Cartagena y se ordena Sacerdote en Alicante, España el 21 de Mayo de 1932 a la edad de 24 años. El 15 de Enero de 1934 arriba a la ciudad de Guatemala, siendo designado como misionero para Centro América, ese mismo año es trasladado a Nicaragua. En 1939 regresa a Guatemala al convento de San Francisco en la Antigua Guatemala, volviendo a Nicaragua en 1940 como Superior y Rector del Seminario Menor Franciscano de Diriamba. En 1949 permanece por espacio de 3 años en España, luego un 8 de Diciembre de 1952 se establece definitivamente en tierras guatemaltecas mismas que le vieron morir un 26 de enero de 1992. Investigando la vida de este ilustre Franciscano encontramos su aporte y legado en la vida religiosa de nuestro paí­s y para entender mejor su obra aportamos los siguientes datos que denotan como este hombre, visionario para su época, adopta lo mejor de las experiencias adquiridas en su oriunda España para hacerlas realidad en el continente Americano y especí­ficamente en el templo de la Recolección. Fray Miguel fundó en 1962 el Liceo San Antonio y más adelante fundó el colegio para niñas la Inmaculada, producto de la preocupación por brindar a la niñez guatemalteca, una formación sana con valores espirituales y morales como la que él recibió en España. Dentro de la investigación encontramos en Alicante España una Parroquia y un Colegio con el nombre de San Antonio dedicado a la niñez, así­ mismo en la ciudad de Cartagena encontramos el Colegio de la Inmaculada; dos lugares plenamente relacionados con su vida religiosa, el primero justamente el lugar donde fuera ordenado como sacerdote y el segundo al lugar de la orden Franciscana de Cartagena a la cual perteneció. Investigando los distintos templos y cofradí­as de Murcia y luego de hacer un análisis de todas las procesiones de Semana Santa, localizamos La Iglesia de San Bartolomé, una iglesia reedificada del siglo XVIII y allí­ encontramos la Real y Muy Ilustre Cofradí­a del Santo Sepulcro y Asociación de Servitas. Los orí­genes de esta Cofradí­a del Santo Sepulcro, pueden encontrarse en el siglo XVI, en la iglesia del Hospital de Santa Marí­a de Gracia, la que en 1695 se traslada al Convento de San Francisco, encargando nuevas imágenes al escultor Nicolás de Bussy, época en la que se realiza previo a la procesión del Viernes Santo por la tarde, la ceremonia del Descendimiento, la cual fue prohibida para 1780. En el siglo XVIII, la procesión del Santo Entierro estaba formada por el paso del Santo Sepulcro, acompañado de todo el clero de Murcia, la Santa Cruz, precedida por la Cofradí­a de Caballeros de Santiago de la Espada y por los escribanos y procuradores de la ciudad, así­ como de la Virgen de la Soledad, alumbrada por los mercaderes murcianos presidiendo el cortejo el Obispo y el Corregidor, o sus representantes. En el año de 1943 se adoptó su actual denominación de Real y Muy Ilustre Cofradí­a. Siendo la procesión más importante del dí­a Viernes Santo por la tarde en Murcia, el paso del Santo Entierro está compuesto por 6 imágenes de la siguiente manera: Jesús que es introducido en el Sepulcro por José de Arimatea y Nicodemo, mientras que la Virgen, San Juan y Santa Marí­a Magdalena observan la escena. En la guerra civil se destruye el paso original del gran escultor barroco Nicolás de Bussy, estrenándose el actual en el año de 1941, obra de Juan González Moreno. Para el año de 1952 Fray Miguel, se establece como Padre Superior de la Parroquia de la Recolección, y no resulta extraño que re organice las existentes hermandades de pasión del templo a las cuales les imprime su carácter y sello personal, al recordar todo lo vivido mientras realizaba su preparación religiosa, inspirado por la Semana Santa de su natal Murcia es así­ como un 21 de septiembre de 1955 funda la Asociación de Cruzados del Santo Sepulcro, con detalles muy afines a la Real y Muy Ilustre Cofradí­a del Santo Sepulcro, constituida en España, ambas con muchas similitudes, las cuales podemos constatar a través de la veneración y culto a las imágenes, así­ como de los blasones uniformes, escudos heráldicos etc. que usan tanto la Asociación de Cruzados en Guatemala como la Cofradí­a Española, situación que le permite identificarse rápidamente con la Semana Santa de nuestro paí­s. Un dato que no podemos dejar pasar por alto, es que para el año de 1956, procesiona al Cristo Sepultado de la Recolección, sin urna, imponiendo una moda totalmente diferente a lo acostumbrado, en la que agrega justamente los mismos detalles y personajes anteriormente descritos de la procesión del Santo Entierro de Murcia, exhibiendo el cuerpo de Jesús al pueblo de Guatemala como nunca antes se habí­a visto, logrando causar un gran impacto en los fieles, de acuerdo a la impresionante anatomí­a y dramatismo del Señor Sepultado, detalle que sigue vigente hasta el dí­a de hoy cada Viernes Santo, así­ como el acto tradicional de crucifixión y descendimiento, el cual era habitual que acompañara con el sermón de las 7 palabras. Siendo fray Miguel Murcia un gran visionario para su época y dentro de los múltiples aportes que nos hereda, su logro hoy por hoy se constituye en uno de los más importantes para el desarrollo de las hermandades y asociaciones de pasión en la historia de la Semana Santa guatemalteca, y es el derecho a usar el nombre distintivo de los Cruzados del Santo Sepulcro como los de Tierra Santa, el cual, a partir de ese entonces se convirtió en la principal insignia de un grupo de caballeros de condición humilde, que tení­an a su cargo el culto y veneración del Señor Sepultado de la Recolección, beneficio que le fue otorgado por merito propio en base a su vida misionera y a la labor realizada de evangelización en estas tierras, por medio de su servicio inquebrantable como siervo de Dios.