Hillary visita Expo Universal antes de negociaciones


Hillary Clinton durante su visita al pabellón de Estados Unidos en Shanghai. FOTO LA HORA: AFP Saul LOEB

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, en China para discusiones sobre las sanciones contra Irán, el caso de la corbeta surcoreana hundida y las relaciones sino-estadounidenses, se dedicó el sábado a la «diplomacia pública» en la Exposición Universal de Shanghai.


La jefa de la diplomacia estadounidense consagró toda una mañana a visitar los pabellones norteamericano y chino, saboreando su celebridad entre los numerosos visitantes de la Expo.

En el pabellón de Estados Unidos, la ex primera dama de Estados Unidos, vestida con un traje pantalón negro y un impermeable celeste –el color de las mascotas de la Expo– se convirtió brevemente en guí­a de unos 500 visitantes, en su mayorí­a chinos.

El pabellón, fruto de una asociación de los sectores público y privado, quedó largo tiempo en suspenso, hasta que Hillary Clinton desbloqueó la situación a mediados de 2009, logrando que se reuniesen los 61 millones de dólares para financiarlo.

Su contribución fue elogiada en varias oportunidades el sábado por la mañana. «Sin ella no habrí­a un pabellón estadounidense», proclamaba una voz por el micrófono durante su recorrido.

Durante una visita de una hora al pabellón chino, la secretaria de Estado fue recibida como una estrella. Estrechó numerosas manos, manifestando su satisfacción al ser reconocida, aplaudida y fotografiada incesantemente en los pasillos.

Durante todos sus viajes, Hillary Clinton trata de reservar tiempo para «la diplomacia pública», uno de sus credos reiterados el sábado en una de las mayores ciudades chinas.

«Las relaciones entre gobiernos son importantí­simas, pero las relaciones de pueblo a pueblo son las bases más importantes» de la diplomacia, afirmó Clinton a sus interlocutores del Partido Comunista Chino.

En cuanto a la Exposición Universal, dijo que es «una ocasión para el pueblo chino de comprender mejor al resto del mundo, y para el resto del mundo, de comprender mejor a China».

La secretaria de Estado entrará el domingo de lleno en las cuestiones diplomáticas. Tiene una agenda importante: el naufragio de una corbeta surcoreana hundida, según investigadores internacionales, por un torpedo norcoreano, las sanciones contra Irán y las complejas relaciones bilaterales de los dos gigantes económicos.

Estados Unidos, que reaccionó enérgicamente al naufragio del «Cheonan», quiere convencer a China de unirse a las voces de condena contra Corea del Norte, cuyo único aliado de peso es Pekí­n.

Hasta ahora, las autoridades chinas se han mostrado reticentes a reconocer la gravedad de la crisis.

Esta presión norteamericana se produce inmediatamente después de la que Washington ejerció durante meses, hasta tener éxito esta semana, para que China aceptase nuevas sanciones en la ONU contra Irán y su programa nuclear.

El lunes y el martes, Clinton participará en Pekí­n en la segunda edición, después de 2009, del «diálogo estratégico y económico» sino-estadounidense.