Los hielos árticos son cada vez más frágiles debido al calentamiento global, advierten climatólogos estadounidenses, que estiman que el grosor del casquete glaciar y su extensión en invierno son los más débiles desde las primeras mediciones por satélite, en 1979.
Ahora, el 70% del casquete glaciar ártico está compuesto de hielo de temporada, un hielo de poco grosor que se derrite durante el verano y se vuelve a formar cada año. Esto nunca había sido observado: la proporción era del 40 al 50% en los años 80 y 90, según un informe del Centro Nacional estadounidense de la nieve y el hielo (NSIDC), en Colorado (oeste), divulgado el lunes.
El hielo más grueso (unos 2,74 metros o más) que sobrevive al menos dos veranos, representa apenas un 10% de todo el hielo invernal, lo que implica una disminución del 30 al 40%, precisaron los autores del estudio.
Hasta 2007 era difícil medir el grosor del casquete glaciar, y los científicos calculaban la edad del hielo para estimarlo. Pero en 2008 un equipo de investigadores del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA realizó el primer mapa en tres dimensiones del írtico, lo que permitió obtener medidas precisas sobre el grosor del hielo en todos los puntos.
Usando los datos del satélite ICESat de la NASA de 2005 y 2006, pudieron calcular el grosor y el volumen del inmenso hielo ártico. En términos de superficie, el tamaño del casquete glaciar ártico fue este invierno el quinto más débil desde 1979.
La superficie máxima de los hielos árticos durante el periodo invernal fue la más pequeña en los últimos seis años (2004-2009), precisó además en una teleconferencia de prensa Charles Fowler, glaciólogo de la Universidad de Boulder (Colorado), responsable del equipo científico encargado del informe.
El 28 de febrero el casquete glaciar ártico medía 15,2 millones de km2, 720.000 km2 menos que la superficie invernal entre 1979 y 2000.
Hasta hace poco, la mayoría de los hielos árticos sobrevivía al menos un verano, y a menudo varios. Pero esta situación cambió rápidamente desde el inicio de la década.
«La extensión del hielo es una medida importante sobre la solidez del casquete glaciar pero da solo una visión bidimensional», subrayó Walter Meier, investigador del NSIDC. «El grosor del hielo es un índice igual de esencial, sobre todo en invierno, ya que indica la solidez del casquete, que disminuye en verano y se derrite más fácilmente si es menos grueso», añadió.
«Estos nuevos datos sobre el espesor y extensión de los hielos del océano írtico nos permitirán comprender mejor la sensibilidad y vulnerabilidad de los hielos a los cambios climáticos», estimó Ron Kwok, del JPL de la NASA.
Según otro estudio estadounidense publicado el 2 de abril, aproximadamente el 80% del glaciar ártico podría desaparecer en verano hacia 2040, en vez de en 2100, una estimación anterior.
En el otro extremo de la Tierra, observaciones por satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA) divulgadas el 3 de abril indican que la plataforma Wilkins, de una superficie equivalente a Jamaica, está desprendiéndose de la Antártida.
Representantes de unos 60 países y organizaciones internacionales estaban reunidos el lunes en Washington para intentar preservar los polos, amenazados por el calentamiento global y sus consecuencias económicas.