Nuestra bella Guatemala, mejor conocida como El País de la eterna primavera, adornada por lagos y volcanes, celajes y paisajes, belleza inimaginable; pero lamentablemente en los últimos años se ha dado a conocer por las ilegalidades cometidas muchas veces sin castigo, siendo nosotros sus habitantes los únicos culpables, pues hemos permitido que Guatemala se convierta en una víctima más de la imperante corrupción que afecta a cada uno de los ciudadanos hijos de este país.
Todos los días se libra una guerra, en la cual inocentes se ven sometidos a abusos por parte de los villanos actuales, quienes en su mayoría se disfrazan como supuestos héroes para aparentar una vida recta e intachable ante la sociedad que ellos mismos han corrompido, pues su actuar está escrito en reglones torcidos.
Estos villanos actúan de manera incógnita, disfrazados bajo títulos de protectores de la humanidad; pero su actuar está muy lejos de proporcionar seguridad y ayuda a los inocentes, pues estropean por completo el verdadero fin para lo que fue creada su profesión y la utilizan para tergiversar la verdad y esto trae como consecuencia los problemas vividos en la sociedad actual, un claro ejemplo de ello es el robo ilegal de propiedades.
En las últimas semanas el tema de robo de propiedades ha tenido un amplio espacio en los medios de comunicación, lo que ha permitido conocer un pequeño porcentaje de la realidad y complejidad de este tema como uno de los problemas que afectan a la población actual; lo interesante de mencionar es que los “villanos” que operan este tipo de fraudes se basan en una serie de eventos supuestamente legales en los que hacen contratos falsos para lograr su objetivo, sin importar los daños físicos, mentales, morales y sociales que causarán a sus víctimas.
Para ampliar el tema debemos de traer a la mente el retrato de justicia como concepto, en la cual se observa unos ojos vendados sosteniendo una balanza, la cual explica que la justicia es ciega; pero, ¿qué pasa cuando la imagen sobre la justicia que conocemos está totalmente enviciada y se manipula para lograr fines corruptos individuales o grupales en vez de procurar el bienestar y seguridad a la población en general? Cuando escuchamos mencionar la palabra ‘justicia’, trae consigo una serie de imágenes mentales que se relacionan directamente con profesionales que tienen conocimiento completo de las leyes, cabe mencionar a los abogados, quienes deben de encargarse de defender la justicia, y los jueces, quienes hacen valer la justicia de manera objetiva.
Dentro de esta rama de profesionales, al igual que en los antiguos comics o caricaturas, podemos identificar dos bandos, los villanos y los héroes.
Los héroes, a diferencia de los villanos, buscan defender el bienestar y la justicia de los inocentes, para que estos puedan vivir una vida digna y sin miedo de ser mártires de la corrupción o estafas como el robo de viviendas. Vale recalcar que los héroes muchas veces anónimos o simplemente no reconocidos juegan el papel de defender a las víctimas y buscar su resarcimiento.
Los héroes son VERDADEROS PROFESIONALES que conocen por acciones el concepto de justicia y lo aplican en su actuar cotidiano, no se dejan manipular ni sobornar por los villanos y sus acciones van enfocadas en reconstruir el sistema de justicia y denunciar los actos impuros que se llevan a cabo dentro del sistema judicial; utilizan sus conocimientos para construir una mejor Guatemala y así la corrupción quede únicamente en la historia como un período superado por la transparencia y las buenas acciones.
Gracias, Lic. Alejandro Balsells, por hacer referencia a su nombre y ser un Héroe para el país.