Henry Paulson propone amplia reestructuración


Henry Paulson, secretario del Tesoro de Estados Unidos.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, dio a conocer ayer un proyecto de amplia reestructuración de la normativa financiera, que otorgarí­a nuevas funciones a la Reserva Federal, pero los analistas se interrogan sobre el alcance real de la reforma.


«Nuestra estructura normativa actual no fue elaborada para funcionar con el sistema financiero moderno, con sus diversos participantes, su innovación, la complejidad de sus instrumentos financieros, su integración mundial», afirmó Paulson, que calificó el sistema actual como «balcanizado».

La reglamentación actual es, en efecto, un conjunto de parches que se fueron introduciendo en las diversas crisis por las que pasó Estados Unidos desde la Guerra de Secesión.

El grueso de la legislación fue instaurado al cabo de la Gran Depresión de los años 30 pero, como subrayó Paulson, no se adapta totalmente al sistema financiero actual, extremadamente complejo, heterogéneo y globalizado.

Actualmente las atribuciones de diversas agencias se superponen con frecuencia, mientras que espacios enteros de la actividad financiera –sobre todos los productos muy complejos que están en la raí­z de la crisis actual– escapan a toda legislación.

El proyecto de reestructuración, el más ambicioso desde los años 30, apunta a eliminar las superposiciones del sistema y a suplir las carencias, con medidas escalonadas a corto, mediano y largo plazo.

El aspecto más espectacular de las medidas propuestas es sin duda confiar a la Reserva Federal (Fed) una misión considerablemente ampliada para supervisar el sistema financiero.

«Habida cuenta de su papel tradicional de promoción de la estabilidad macroeconómica, la Reserva Federal es la opción más natural para la importante tarea de regular la estabilidad de los mercados», afirmó Paulson.

En el nuevo sistema previsto por el Tesoro, la Fed podrí­a «seguir de cerca los riesgos que pesan sobre el conjunto del sector financiero, incluyendo los bancos de inversiones, las compañí­as de seguros y los fondos de inversiones de alto riesgo («hedge funds»), a diferencia de su misión actual, que se limita a los bancos comerciales.

Entre otras medidas anunciadas, se cuenta la creación de una agencia de seguimiento de los préstamos hipotecarios y la fusión de la Comisión de Valores y Cambios (SEC), que regula los mercados financieros estadounidenses, con la Commodity Futures Trading Commission, autoridad de regulación de los mercados de materias primas.

Mientras tanto, los crí­ticos se interrogan sobre la real dimensión de este anuncio que suena tan espectacular.

En todo caso, las reformas proyectadas no entrarán en vigencia antes muchos meses, y no antes del fin de la actual crisis financiera, admitió Paulson.

Por otra parte, no se trata especí­ficamente de impedir una reedición de la crisis actual. El proyecto fue planteado por primera vez en marzo de 2007, es decir, antes del inicio de la turbulencia financiera, en una época en que las empresas se quejaban del peso de la reglamentación.

El propio Paulson advierte: «Yo no dije que la respuesta pase por más reglamentación».

«El gobierno no aprendió nada de la crisis actual, pero por razones polí­ticas, debe aparecer haciendo algo», se quejaba el lunes el economista Paul Krugman, columnista del New York Times, al hablar de un mero «reacomodo de lo que ya existe».

Otros se interrogaban sobre los poderes concedidos a la Fed, que se anuncian «amplios» y «con la autoridad necesaria» para intervenir en caso de «peligros para nuestra estabilidad financiera», aseguró Paulson. Pero el proyecto no es claro sobre sus modalidades y sobre la dimensión de esta autoridad, que es determinante.

Los mercados estadounidenses de derivados mostraron escaso entusiasmo ante la propuesta de Paulson, en particular, ante la creación de una autoridad única para los mercados de acciones y de «commodities».

El Chicago Mercantile Exchange (CME), número uno mundial de derivados, se congratuló de que este proyecto haya sido presentado como un objetivo a mediano plazo por Paulson, y no como una prioridad inmediata.

Un objetivo como ése «no se puede perseguir sino después de una armonización complementaria del marco reglamentario, que es muy diferente en los mercados de futuro y de papeles», subrayó el CME en un comunicado.

Por su parte el NYMEX (New York Mercantile Exchange), que está en ví­as de ser adquirido por la CME, subrayó que una «consolidación de estas agencias no constituye el único camino para racionalizar las diferencias en la reglamentación de los productos a futuro y sobre los bonos».

Principales reformas


1. Medidas de corto plazo:

– modernizar el papel del grupo de trabajo de la Casa Blanca sobre los mercados financieros, para atribuirle todos los temas vinculados al sector financiero (protección de los inversionistas y consumidores, peligros para el sistema).

– creación de una comisión de vigilancia de los créditos hipotecarios, a fin de «proteger mejor a los consumidores», la cual se encargarí­a de otorgar licencias a las firmas que conceden préstamos hipotecarios y de supervisar el sistema hipotecario en todos los Estados del paí­s.

– fortalecer la autoridad de la Fed para obtener ciertas informaciones de los bancos de inversión, los cuales tienen acceso a los préstamos del banco central desde hace muy poco tiempo.

2. Medidas a mediano plazo:

– fusión de la Comisión de Valores y Bolsa (SEC), autoridad de regulación de los mercados financieros, con la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), que regula los mercados de materias primas.

– disolución del Departamento de Supervisión del Ahorro (Office of Thrift Supervision), que supervisa los préstamos y depósitos de las cajas de ahorro.

– aumento de los poderes otorgados a la Reserva Federal (Fed) de supervisar las instituciones especializadas en normas y transferencias.

– fortalecimiento de la normativa del sector de seguros, que actualmente está en manos de los Estados federados.

3. Medidas a largo plazo:

– crear «una estructura de regulación enteramente nueva» con la creación de varios organismos, eliminando la superposición de funciones y llenando los vací­os de la legislación actual. El proyecto prevé crear una agencia de supervisión de los organismos que disponen de una garantí­a pública y una agencia encargada de la protección de consumidores e inversionistas.

– dar a la Fed poderes considerablemente ampliados en el sistema financiero, incluyendo los bancos de inversiones, compañí­as de seguros y fondos de inversiones de riesgo («hedge funds»). La Fed podrí­a investigar estas instituciones e imponer sanciones «si la estabilidad financiera se ve amenazada»