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El piloto brasileño dependió de la estrategia en los pits de su equipo Penske Racing para tomar el liderato, luego aguantó la presión de Takuma Sato durante las últimas 15 vueltas para conseguir el triunfo. De esta manera subió un lugar en la tabla de posiciones, al segundo —que ocupaba su compañero de equipo Will Power— y se encuentra 23 puntos debajo del líder Ryan Hunter-Reay cuando restan cuatro carreras.

La victoria, en la primera carrera de la temporada sin bandera de advertencia, cortó la racha de tres triunfos consecutivos de Hunter-Reay.

Castroneves dijo que cuando su ingeniero lo llamó a pits para una detención corta, él no estaba seguro de que esa estrategia fuera la adecuada.

«Estaba un poco preocupado, para ser honesto», comentó. «Al final, qué gran estrategia. Lo hice; si lo pueden creer, fue tan impresionante», agregó.

El líder de la competencia, Alex Tagliani, paró en pits después de Castroneves, quien tuvo que presionar para mantener su posición en la pista tras la detención. Regresó a la pista segundos antes de Tagliani, con Sato justo detrás del canadiense.

Power había sido el líder, pero tuvo que realizar su última visita a los pits y Castronves se colocó en la punta. Sato rebasó a Tagliani y trabajó en vano las últimas 15 vueltas para alcanzar a Castroneves.

Se tuvo que conformar con el segundo lugar, el mejor logro en su carrera, lo cual pronosticó humorísticamente el propietario de su equipo Bob Rahal mientras observaba a Sato tratar de alcanzar a Castroneves.

«Helio es duro», dijo Rahal. «El empieza a bloquear desde que recibe su auto de renta en el aeropuerto», bromeó.

Power terminó en la tercera posición —su mejor resultado desde que ganó en Brasil en abril— y dijo que estaba feliz con el resultado. Un cambio de motor después de que clasificó costó a Power 10 lugares en la parrilla de salida, así que arrancó en el sitio 17 para terminar en tercero, su cuarto podio en Edmonton en cuatro años.