Unas 50 mil hectáreas al norte de la provincia de Córdoba (centro) estaban el miércoles a merced del fuego, desatado intencionalmente pero agravado por la sequía y fuertes vientos en el centro de Argentina, que acechaba zonas habitadas, informaron fuentes oficiales.
Daniel Salini, alcalde de la localidad de Mendiolaza, 28 km al norte de Córdoba, la capital provincial, afirmó que unas 50 mil hectáreas fueron afectadas por el fuego y estimó en un millar la pérdida de cabezas de ganado, entre vacas y caballos.
Los incendios afectan las sierras cordobesas, un importante destino turístico del país, al norte de la ciudad de Córdoba, 700 km al noroeste de Buenos Aires.
El principal foco de incendio que el martes se ubicaba en Ascochinga se trasladó el miércoles a las localidades que integran el Valle de Punilla, donde fueron evacuadas cinco familias preventivamente y se conformó un Comité de Emergencia.
«Es muy difícil determinar la superficie afectada por los incendios, porque la situación es muy cambiante. Pero las consecuencias son muy graves», dijo el subdirector del Plan Provincial de Lucha contra el Fuego, Diego Concha, a la porteña radio Continental.
El funcionario admitió la dificultad de los bomberos para combatir los incendios, y aseguró que «la solución para apagarlo totalmente tiene que venir de las condiciones climáticas», es decir que llueva y cesen los fuertes vientos, que impiden además el trabajo de los aviones hidrantes.
Una de las localidades más afectadas este miércoles era La Cumbre (730 km al noroeste), una localidad de 7.500 habitantes, donde «el viento es fortísimo, estamos a diez kilómetros del fuego, pero creo que esta noche llega al pueblo», advirtió su alcalde, Carlos Engels.
Engels dijo que trabajaron toda la noche nueve dotaciones de bomberos, lo que permitió salvar una escuela rural y a cien monos carayá que habitaban en una reserva a 11 km de La Cumbre.
La reserva se quemó en un 80% pero los animales pudieron ser rescatados y luego trasladados o liberados, indicó.
El martes unas 90 personas habían sido evacuadas de Ascochinga por el humo y las cenizas, pero pudieron regresar a sus hogares ya que las viviendas no fueron alcanzadas por las llamas, señaló.
En la ciudad de Capilla del Monte, el fuego «empieza a invadir por dos frentes» lo que obligó a evacuar algunas familias en la madrugada, dijo su alcaldesa, Roxana Olmos.
El devastador incendio de unos 25 km de frente fue generado en forma intencional, denunció el martes el gobierno de Córdoba, que se declaró en «estado de alerta rojo».
El frente ígneo se propagó sin control beneficiado por los vientos, pese a que en la zona están trabajando 375 bomberos voluntarios, personal de Defensa Civil y la Cruz Roja.