Hechos evidentes


GLADYS_MONTERROSO

“Si no son nuestros actos, son nuestros miedos quienes nos hacen traicioneros” William Shakespeare

Se ha desatado una discusión acalorada, sobre si hubo o no genocidio en Guatemala, que no ha sido propiamente una discusión de altura,

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es


Ya que los que niegan este hecho han sido más sarcásticos, que los que afirman que sí, se argumente lo que se argumente, jurídicamente ha sido expresamente aceptado que sí hubo genocidio, desde el momento que fue aceptada la demanda contra Ríos Montt, y reafirmado, al ordenar abrir a debate el proceso, ya que en ningún momento, por lo menos públicamente, se solicitó se cambiara el delito, por lo que fue juzgado por el mismo, todos tenemos derecho a manifestar nuestra postura frente a determinado tema, y el debate podrá seguir por meses, pero lo que no se puede evitar es precisamente lo que se quiere negar, el fondo subliminal del asunto, es que en Guatemala ya se ha aceptado que hubo genocidio, aunque el Presidente se haya tratado de defender como si de un tribunal se tratara ante el presentador Fernando del Rincón, diciendo textualmente “En el 82 la facción de la guerrilla que se llamaba EGP en esa área (ixil) involucró a las familias completas desde los niños hasta los ancianos” en ese momento dio otro elemento para la configuración del delito de genocidio, ya que involucró a toda el área, la población completa, el DRAE define genocidio como: “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad. En Guatemala, palabras textuales del periodista Allan Nairn, y de acuerdo a lo que él vio y vivió en el país, existió una forma sistemática de dar muerte a las familias del lugar, cita a Francisco Bianchi, quien le dijo que eran “indios vendidos a la subversión”.

Llama la atención poderosamente, que se repitan varias veces las mismas explicaciones, ya que en un video grabado en septiembre 1982, el mismo Otto Pérez Molina asegura que  “todas las familias están con la guerrilla” refiriéndose siempre al mismo grupo social.

Todo lo anterior podría sonar a palabras sueltas, pero no es así, todo es finamente hilvanado fuera del ámbito jurídico, dentro del mediático, quienes sin así proponérselo han reafirmado lo que jurídicamente ya había sido aceptado: Se cometió el delito de genocidio.

Siempre en relación al mismo tema, muchos se han rasgado las vestiduras negando la comisión del delito en sí, con cualquier justificación, como una especie de negación de actos evidentes, que en el imaginario se asemeja a una familia, en la que existe  maltrato familiar, pero no se acepta, y se disfraza. En la vida existen  actos, los que, aunque un porcentaje de la colectividad niegue son tan evidentes, que con la negación se acentúan más aún.

Otro tema importante es la defensa a la soberanía, cuando en otros actos se acepta intromisión, por ejemplo en el tema del narcotráfico, si fuéramos soberanos el Ejecutivo (Presidente) hubiera enviado al Legislativo un proyecto de ley para despenalizar la comercialización de la droga, quien en un acto de “Soberanía” podía emitir una ley, legalizando dicho comercio, pero no es así, se le solicita ayuda (pregunta) al imperio, y sin su aceptación no se mueve una hoja, se podrá argumentar que es un problema regional, o cualquier otra explicación, pero la verdad es que quien sigue poniendo los muertos somos nosotros, y como país “soberano” tendríamos todo el derecho de legislar o implementar políticas que le convengan a la población, liderando con nuestro actuar a la región, eso señores es un acto de soberanía, pero como no la tenemos, tanto hoy como en el 82, seguimos respondiendo a intereses particulares, y que no son nuestros, la historia nos espera.