Hay que ponerle coto a los desmanes y abusos de poder


Los diccionarios definen al desmán como al exceso, desorden o suceso infausto cometido por alguien que está en capacidad de hacerlo impunemente, otros prefieren llamarlo extorsión y algunos lo califican de chantaje y hasta de «mordida». El calificativo es lo de menos cuando el perjudicado es el bien común. íšltimamente se ha estado poniendo en aprietos a quienes por el cúmulo de carencias y necesidades de la población solicitan apoyo económico en efectivo o en especie y, cuando por fin lo obtienen, irónicamente es el Presidente de la República quien abusa del poder que tiene obligando a dejar, ceder o traspasar determinado porcentaje de la ayuda recibida para la obra polí­tico-sectaria de su señora esposa.

Francisco Cáceres Barrios

Dí­as antes de tomar posesión el actual gobierno me enteré que una entidad, la que por razones obvias prefiero omitir su nombre, gestionó por largo tiempo en una prestigiosa universidad una donación para la compra de equipo e instrumental cientí­fico con fines de investigación, la que por cierto a través de los años ha venido dando magní­ficos frutos para la mejor alimentación y nutrición de nuestra población. Los directivos enterados que la señora esposa del Presidente habí­a girado las órdenes citadas, acudieron al Vicepresidente, quien gustosamente les ofreció su intervención, pero en corto tiempo les confirmó que tení­an que «caer muertos» si es que deseaban recibir la donación referida.

Para mis adentros pensé ¿qué clase de gobierno vamos a tener si antes de tomar posesión está siendo capaz de impedir la entrada de fondos con fines cientí­ficos, loables y especí­ficos?; ¿a dónde iremos a parar con el apetito insaciable capaz de restar o mermar ayudas como sillas de ruedas, medicinas, equipo, instrumental, alimentos y tantas cosas más de las que carece la población, con tal de hacer proselitismo politiquero?

Los de buena fe somos reacios a aceptar que el mal llegue a rebasar los lí­mites de lo correcto y de la ecuanimidad. No concebimos que algo así­ pueda suceder, pero más de un año después de iniciado el gobierno tristemente comprobamos que el poder los mareó al punto de sentirse capaces de hacer todo lo que les plazca, incluso pasándose sobre la ética, valores y principios, por ejemplo, ¿cómo es posible dejar a la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal Crónico (UNAERC) a tres menos cuartillo sin poder atender la cada vez más elevada solicitud de hemodiálisis, diálisis y trasplantes?; ¿sabiendo de la imprescindible necesidad de útiles escolares en las escuelas públicas se pongan a pedir «comisión» por donaciones en proceso?; ¿dónde se ha visto que dinero destinado para la compra de alimentos se distraiga para que la esposa del Presidente se dé el gusto en regalar vajillas de melanina con motivo de la celebración del Dí­a de la Madre?, ¿creerá que esa pobre gente se la va a comer?