«Hay escasez de transplantes»


El hospital Roosevelt diagnostica semanalmente un promedio de dos casos de infantes -unos 100 dictámenes al año- de entre 0 y 13 años, con insuficiencia renal crónica; la mayor incidencia se percibe en pacientes de 7 a 10 años.

Kimberly pasó dos meses visitando frecuentemente un hospital pediátrico para que determinaran la afección que le impedí­a vivir con normalidad. A la niña de 12 años le diagnosticaron anemia, pero su madre consideró que no era acertado el pronóstico de los médicos, por lo que insistió para que realizaran nuevas pruebas.

Ligia Flores
lahora@lahora.com.gt

Finalmente, se descubrió que Kimberly padecí­a insuficiencia renal crónica. El miércoles recién pasado, tres meses después de haber ingresado a la Clí­nica de Nefrologí­a Pediátrica del Hospital Roosevelt, recibió un transplante de riñón de un primo materno de 26 años.

Ambos se recuperan en el ala de hemodiálisis que fue inaugurada recientemente en ese nosocomio. Kimberly se convirtió en la cuarta paciente infantil que recibe un transplante de riñón, en la clí­nica que se instauró el año pasado.

Alta incidencia

De acuerdo con el doctor Randall Lou, jefe de dicha clí­nica y presidente de la Fundación para el Niño Enfermo Renal (Fundanier), semanalmente se diagnostica en el Hospital Roosevelt un promedio dos casos de infantes -unos 100 dictámenes al año- de entre 0 y 13 años, con insuficiencia renal crónica; la mayor incidencia se percibe en pacientes de 7 a 10 años.

El galeno afirma que la mortalidad por uremia aguda era de 80%, pero esta situación se logró eliminar luego de la implementación de la clí­nica en 2007. El Hospital Roosevelt es un centro de referencia, por lo que la mayorí­a de los casos vienen a este o al San Juan de Diosh, manifestó el nefrólogo.

Los datos que se registran en el paí­s son acordes a los referentes internacionales en cuanto a la incidencia de niñez con insuficiencia renal que requiere de transplante. De acuerdo a las estadí­sticas internacionales, estarí­amos con unos 100 niños al año que requieren de un transplante . Hay escasez de transplante sh, aseveró el especialista.

Según el experto, la mayor cantidad de los niños y niñas que se presentan con alguna enfermedad renal llegan en estado muy avanzado. gCuando vienen, el riñón ya no es funcional para mantenerles con vida; están muy intoxicados, incluso con alteración de la conciencia, vomitando, se presentan con un estado al que llamamos sí­ndrome urémicoh, apuntó el galeno.

La razón principal por la que un infante padece de insuficiencia renal crónica se debe a malformaciones congénitas del tracto urinario. Esta patologí­a comúnmente no es identificada de forma inmediata, afirma el médico, gla gente no consulta y esto deriva en una insuficiencia renal terminalh.

Pocos son elegibles

Alrededor del 30% de los pacientes que requieren de transplante son elegibles. Principalmente porque no tienen un donante compatible. A veces los padres, que son los primeros en tenerse en cuenta, se descartan. En otros casos existen muchas complicaciones económicas», comentó el doctor Randall Lou.

En varias oportunidades la familia es muy numerosa y no puede comprometerse a un tratamiento costoso a largo plazo. También sucede que los padres no pueden poner en riesgo su vida por un hijo, cuando tienen cinco más o porque no se tienen las condiciones de vivienda adecuada para que el niño se recupere oportunamente.

Historia de transplantes

El primer procedimiento de este tipo que se registró en el nosocomio fue uno cadavérico, los otros tres correspondieron a donadores vivos. El transplante no se efectúa necesariamente de niño a niño, sino generalmente de padres a hijos o de un familiar adulto.

Cuando hay un transplante pediátrico, el donante generalmente es un adulto, a menos que el niño sea un donante cadavérico, con muerte cerebral y si los padres acceden a donar sus órganosh, adujo el nefrólogo. La ley de donación establece que un donante vivo debe ser mayor de edad.

El costo aproximado que esta labor tendrí­a en un hospital privado serí­a de unos 5 mil dólares, teniendo en cuenta que los medicamentos son comprados por contrato abierto y médicos asalariados.

La primera paciente de transplante cadavérico, de 10 años, provení­a de El Progreso, Jutiapa. La segunda (11) de la capital. La siguiente (10) de Chimaltenango. La más reciente fue Kimberly, también de la capital

Según el galeno, es una casualidad que las cuatro pacientes sean niñas, porque en la enfermedad renal no se registra una diferenciación de sexo, casi se reporta 50% en cada caso.

Alto í­ndice de desnutrición


La nutricionista Victoria Rodrí­guez comenta que, el paciente renal es evaluado nutricionalmente, para determinar si crece bien, si su peso es el indicado o si tiene alguna patologí­a.

«Llegan desnutridos, severa o moderadamente. Esto se da más en los mayores de 4 años, generalmente los varones, aunque se atiende mayoritariamente a niñas», asevera Rodrí­guez.

La doctora afirma que muchos de los infantes que provienen de los departamentos de la Costa Sur, llegan muy desnutridos

¿De qué tamaño será mi cicatriz?


La sicóloga Claudia Lou, especialista en vida infantil, advierte que la preparación de niños y sus padres antes, durante y después de la intervención quirúrgica es muy importante.

«Se les explica desde el momento en que son diagnosticados con alguna enfermedad, porque cambian su dieta y sus actividades cotidianas. Tienen mucho miedo, pero a la vez están muy emocionados porque cambian su vida», afirmó Lou.

Las preguntas frecuentes que efectúan antes del transplante son ¿de qué tamaño será mi cicatriz? Dónde y quién estará con ellas, porque son muchas las personas que entran a la operación y ellas no las conocen.