Para sobrevivir, este muchacho tuvo que hacer de todo, aun los oficios que otros llamaban «humillantes» y «despreciables»; sin saberlo, estaba adquiriendo la experiencia para el éxito futuro.
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Atrás había quedado la escuela, abandonada porque eran más importantes los centavos para comer que las letras; sin embargo, él aprendía de la vida misma, y de cuanto libro y periódico llegara a sus manos.
Impulsado por la necesidad, ingresó al mundo del boxeo profesional en el que gracias a su constancia, talento y algunas derrotas comenzó a brillar, pero, dejó el boxeo porque le parecía inhumano y violento.
Finalmente, la gloria le llegó, más no como regalo, sino como la lógica consecuencia de sus esfuerzos.
El es el mundialmente célebre actor Anthony Quinn, con más de 50 famosas películas, y ganador del famoso «Oscar» de Hollywood.
EL TRIUNFO NO SE ESPERA; ¡SE SALE A ENCONTRARLO!