Hasta pronto, MAESTRO


Aprender es difí­cil, pero enseñar puede que lo sea aún más. El periodismo en Guatemala es una profesión que requiere de algunas cualidades únicas para poder enfrentar tantos temas complejos como la misma sociedad enfrenta, como el mismo Estado vive y que nos han llevado a ser el paí­s que ya hoy conocemos todos.


Ayer, en horas de la noche, falleció Oscar Marroquí­n Rojas. Durante décadas ejerció el periodismo basado, no sólo en las capacidades técnicas que se requiere, sino que con la plenitud y energí­a que un profundo amor por Guatemala exige. Don Oscar, como le llamamos en ésta SU CASA, fue un maestro de generaciones que, gustando o no su forma de enseñar, utilizaron la redacción de Diario La Hora como su salón de estudios para nutrir a varios de los principales medios de comunicación que hay en el paí­s.

Y su pérdida nos genera un profundo dolor, pero nos obliga a una meditación igual de profunda sobre el papel de un hombre que supo siempre imponer con carácter los intereses de Guatemala. Amante de la historia y decidido cuando participó en el rol polí­tico, fue Presidente y Director de Diario La Hora; Fundador y Director del diario Impacto; Fundador y Director de la revista semanal «La Hora Dominical». En esos papeles, le tocó enfrentar los momentos que luego, como anécdotas, constituí­an las grandes lecciones sobre los rostros de la censura, el juego del poder y de los amplios, múltiples y cobardes brazos de la injusticia que en todas sus áreas han ido abarcando el quehacer de nuestra Guatemala.

Hijo de nuestro Fundador, Clemente Marroquí­n Rojas, Don Oscar enfrentó con éxito los grandes desafí­os que le presentó la vida. Pudo sostener a un diario que por mantenerse fiel a sus principios sufrió el embate de sectores y gobiernos que han tratado de callarlo hasta la fecha. Con una sonrisa, Don Oscar siempre pudo decir que no se dejó vencer, mientras observaba que enseñó bien a quienes entregó la estafeta para la protección de los intereses del paí­s en un medio dispuesto a combatir la injusticia, la desigualdad y el uso del Estado para otros fines que el bien común.

Maestro, su semilla ha sido sembrada y germinó. Muchas de sus lecciones están siendo aplicadas en el periodismo guatemalteco y, ojalá, seamos capaces de trasladar su mensaje de una Guatemala mejor y una ciudadaní­a que, siempre, esté dispuesta a proteger los intereses de su patria.

Nuestro sentido pésame a nuestro Presidente, Oscar Clemente Marroquí­n y a toda la familia Marroquí­n Godoy. Sin embargo, no podemos dejar de celebrar una vida que durante 86 años nos dejó lecciones, nos marcó caminos y nos compromete para el futuro. Descanse Don Oscar; Hasta pronto MAESTRO.