Hanna, el tercer ciclón que golpea Haití en la temporada 2008, dejó al menos 61 muertos y unos 25 mil damnificados que se suman a las más de cien vidas cobradas por el huracán Gustav y la tormenta tropical Fay en su reciente y devastador paso por la isla caribeña.
Al menos 37 personas fueron encontradas sin vida en el norte de Haití, de ellos 21 en la inundada ciudad de Gonaives, y 7 en las poblaciones vecinas de Saint-Marc y Gros Morne, anunció el miércoles la Protección Civil haitiana.
Las restantes víctimas fatales fueron halladas en otras regiones, más que nada en el oeste donde se registraron 12 muertes y el sur con otras 12, incluidas dos en Puerto Príncipe, informaron las autoridades.
El embate del ciclón hace temer un desastre humanitario en Haití tras el alerta del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos de que Ike, aún lejos de aguas caribeñas, seguiría igual rumbo que Hanna.
Este miércoles, el huracán Ike alcanzó la categoría 3 –de gran poder destructivo– en la escala Saffir-Simpson (de 1 a 5) y se desplaza por el Océano Atlántico con vientos de cerca de 185 km/h, informó el NHC con sede en Miami.
A las 00H01 GMT del jueves, el ojo de Ike se encontraba 1.035 km al noreste de las islas Leeward, con un desplazamiento en dirección oeste-noroeste a unos 30 km por hora, agregó el reporte.
En Haití, la peor parte le tocó a Gonaives, una ciudad de 300.000 habitantes a 152 km de la capital, que quedó totalmente inundada con hasta tres metros de agua en algunos barrios.
«Pudimos rescatar a una veintena de personas que habían quedado aisladas en los techos de sus casas. Nueve heridos fueron trasladados a Puerto Príncipe para recibir atención médica», dijo a la AFP la portavoz de la Misión de la ONU en Haití, Sophie Boutaud de la Combe.
Debido al mal tiempo, «nuestros helicópteros no pueden despegar, los camiones y los blindados no pueden circular», deploró más temprano la vocera.
El Programa Mundial de Alimentación (PMA), presente en el país más pobre de América, fletó un barco para enviar 50 toneladas de alimentos.
Esta temporada, Haití sumó 77 muertes por el huracán Gustav la semana pasada y unas cuarenta hace dos semanas por la tormenta tropical Fay.
En la vecina República Dominicana unas 7.500 personas se mantenían evacuadas el miércoles debido a lluvias y desbordes de ríos, informaron autoridades locales.
Hanna fue degradado a tormenta tropical pero amenaza con transformarse de nuevo en huracán antes de alcanzar costas estadounidenses el sábado.
«Se espera un fortalecimiento gradual en los próximos dos días y Hanna podría convertirse en huracán hoy», advirtió el NHC.
Probablemente aumente su velocidad de desplazamiento con rumbo directo hacia Nassau, adonde se prevé que llegue al mediodía de hoy antes de tocar la isla Gran Bahama. En esos centros turísticos caribeños las olas podrían llegar a 1,5 metros de altura, añadió.
A última hora del miércoles, el centro de Hanna estaba a unos 320 km al este-sudeste de San Salvador en las Bahamas, y se desplazaba a cerca de 22 km/h con vientos sostenidos de casi 105 km/h, con ráfagas más fuertes, informó el NHC.
El gobierno de Bahamas emitió una advertencia de huracán para las islas del noroeste del archipiélago válido hasta el jueves. En Freeport en Gran Bahama, los turistas apuraban su retirada y algunos de los principales hoteles reportaron una tasa de ocupación de apenas 20%.
En Estados Unidos, los fuertes vientos obligaron a la NASA a suspender el traslado del transbordador espacial Atlantis a su plataforma de lanzamiento en Cabo Cañaveral, Florida (sudeste). La agencia espacial dijo que la nave será trasladada el jueves.
Los servicios de emergencia se preparaban para recibir a Hanna, que podría tocar tierra como huracán a la altura de la frontera estatal entre Georgia y Florida. Por su parte, cientos de miles retornaban a sus hogares en Luisiana (sur) tras la evacuación forzada debido al huracán Gustav, que dejó siete muertos en el sureste del país.
También Cuba debió enfrentar el paso demoledor de Gustav, y encara una cruda emergencia en el oeste de la isla, donde miles quedaron sin techo y urgidos de alimentos, y son multimillonarios los daños en infraestructura y cultivos, en lo que Fidel Castro comparó con la desolación de un «golpe nuclear».
Pero la región vuelca ya sus ojos sobre otros ciclones formados en el Atlántico como Josephine, aún con intensidad de tormenta tropical.