Hambruna se extiende


La hambruna que afecta a cuatro departamentos por la destrucción de un 90% de los cultivos de maí­z y frijol en zonas marginales, abarca ya a otros seis en el noroeste del paí­s, denunció el Observatorio para el Derecho a la Alimentación.


De acuerdo con el estudio, las siembras de frijol y maí­z se han perdido por una estación severa de sequí­a y enfermedades que han afectado el crecimiento de los granos.

El coordinador del organismo, Luis Enrique Monterroso, dijo a la prensa que los nuevos departamentos que podrí­an presentar casos de hambruna son El Quiché y Chimaltenango, San Marcos, Totonicapán, Sololá, Huehuetenango.

Monterroso aseguró que presentaron los resultados de un estudio a la Secretarí­a de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) para que facilitara alimentos fortificados, pero la entidad no atendió la emergencia porque dudó de las cifras y solicitó una nueva medición.

El funcionario instó a las autoridades a actuar pronto en el occidente del paí­s para conocer a fondo la situación y agilizar la asistencia alimentaria.

Un informe que la SESAN presentó el 16 de agosto indica que las poblaciones más perjudicadas se ubican en El Progreso, Zacapa, Chiquimula, Jalapa y Jutiapa, departamentos incluidos en lo que se conoce como «corredor seco», que también integran Izabal y Alta Verapaz.

En él puntualiza que el número de comunidades en peligro de hambruna se elevó en 113% en los últimos tres meses, al registrar mil 901 en mayo y 4 mil 059 a principios de agosto.

Sólo en el corredor seco se han detectado al menos 673 comunidades con crisis alimentaria, lo cual ha multiplicado los casos de desnutrición crónica, que afecta al 49% de los niños menores de cinco años, según las Naciones Unidas.

Juan Aguilar, titular de la SESAN, reconoció que la desnutrición crónica está presente en todo el paí­s, pero que ahora la ayuda está centrada en el corredor seco.

El gobierno de ílvaro Colom destinó 7,4 millones de dólares para paliar la crisis provocada por la destrucción de los cultivos de maí­z y frijol, esenciales en la dieta de los guatemaltecos.