Hambre versus recursos (I)


El grave problema del hambre que nuevamente se ha evidenciado no se resolverá con que todos los poseedores de helicópteros, como en un momento dado lo hiciera en Camotán y Jocotán Dionisio Gutiérrez, lleguen ostentosamente en un acto de vanidad con unas pocas libras de ayuda.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

El sector público no tiene los recursos para enfrentar y resolver esa grave desnutrición, esa situación de hambre que nos ha colocado tristemente en el primer lugar de América Latina y en el sexto lugar del mundo.

 

Declarar estado de Calamidad  permitirá actuar con rapidez, pero si los recursos materiales no existen el problema se mantiene e inclusive se puede aún agravar más.

 

El Ejecutivo debe requerir al Congreso de la República evaluar y reconocer que la única solución para enfrentar y talvez en los próximos diez o 20 años resolver este graví­simo problema, es la creación de impuestos directos con destino especí­fico a combatir la desnutrición y el hambre, al mejoramiento de la producción alimenticia a nivel familiar en las aldeas, en los municipios donde está comprobado que existe la pobreza, la extrema pobreza y como consecuencia de la misma el hambre y la desnutrición de forma permanente.

 

En el presente momento donde nuevamente en los medios de comunicación y en la conciencia pública nacional se repite lo que sin duda alguna debe ser considerado el principal problema del paí­s: el hambre y la desnutrición, debemos requerir que los secretarios generales, los aspirantes a la Presidencia de la República se manifiesten públicamente, expongan y expliquen cuáles son sus planes, ideas y medios con los que combatirán la pobreza, la extrema pobreza, el hambre y la desnutrición.

 

Que revelador serí­a conocer los criterios para resolver esta graví­sima situación que afecta a la mayorí­a de los guatemaltecos, que públicamente se expresaran los ex candidatos Eduardo Suger, Otto Pérez, Alejandro Giammattei, Mario Estrada, Luí­s Rabbé y Rigoberta Menchú.

 

También serí­a importante interesante que CACIF y las cámaras y asociaciones que agrupa propusieran soluciones, incluyendo los recursos para hacer realidad las mismas.

 

El relator de Naciones Unidas para el derecho de la alimentación, Olivier de Schutter, públicamente, señaló que sin aumento de impuestos, sin normas y recursos el problema no se resuelve.

 

Como seguramente volveremos a escuchar que los impuestos no se administran adecuadamente e incluso que parte de los mismos se sustraen, debe crearse el impuesto directo a los dividendos cuando los mismos se pagan o se acreditan a cuenta de los socios, muchos de los cuales ya no trabajan sino viven de estas rentas, personas individuales que concentran la riqueza y son el más reducido número de guatemaltecos en el paí­s.

 

Puede normarse que la totalidad de dichos impuestos directos sean supervisados en su gasto, en su inversión exclusivamente en el combate del hambre y la desnutrición por representantes de las iglesias Católica y cristianas, ONGs, cooperativas y uno de las cámaras donde se agrupa en CACIF la supercúpula económica; así­ como por representantes del Congreso, de las alcaldí­as y del Ejecutivo, quienes controlarán el gasto e inversión destinado al combate del hambre y la desnutrición, señalando si se adjudica improcedentemente un contrato o si se compra a valores fuera del mercado nacional o internacional los insumos necesarios que conlleva la lucha más importante que tiene nuestro paí­s: «El hambre».                                                                      

Continuará…