Las autoridades mexicanas han descubierto cientos de fragmentos óseos humanos en ranchos de poblados a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, mientras realizaban una extensa búsqueda para ubicar a gente desaparecida.
Jesús Carranza, portavoz de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila, dijo que los restos estaban quemados y en condiciones extremadamente difíciles de identificar.
La noticia del macabro hallazgo se conoce al mismo tiempo que fueron localizados 12 cadáveres en fosas clandestinas en el estado de Guerrero, en el sur de México, y unos dos meses después de que 67 cuerpos se descubrieran en el occidente del país. Estos hallazgos siguen siendo comunes a pesar de las aseveraciones del gobierno de que el número disminuyó en el último año.
La policía en Coahuila no ha dicho si está implicado el crimen organizado, pero se sabe que el área es controlada por el violento cártel de Los Zetas. Las autoridades arrestaron a 10 hombres, incluyendo cuatro policías sospechosos de colaborar con el grupo delictivo, informó la Procuraduría en un comunicado.
La operación policiaca fue realizada en ranchos de 11 diferentes poblados cercanos a la ciudad fronteriza de Piedras Negras, limítrofe con Eagle Pass, Texas, después de entrevistas con familiares y al menos 32 exfuncionarios locales. Por lo general, restos como estos son hallados en fosas comunes, pero estos fueron abandonados sobre la superficie en la región conocida como Cinco Manantiales, indicó Carranza.
En algunos de los ranchos, los investigadores encontraron casquillos de bala y barriles de combustible diésel que posiblemente se utilizaron para quemar los cadáveres.
«Todavía no sabemos la cantidad de restos óseos de los que estamos hablando y no hay una cantidad de víctimas», informó Carranza. «Pero este operativo fue lanzado para tratar de ubicar a gente desaparecida».
Una organización que apoya a familias de víctimas desaparecidas ha reunido 321 casos entre 2007 y 2013 sólo en Coahuila. El lunes, las familias estaban preocupadas de que el gobierno contaminara la escena del crimen por las imágenes de medios de comunicación locales que mostraban el uso de maquinaria pesada en los sitios.
«Dan ganas de llorar. Lo que han hecho no tiene palabras, todo ese manoseo de las pruebas es muy perjudicial y complica toda identificación de los restos», dijo Guadalupe Fernández, integrante de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila, y madre de José Antonio Robledo, quien desapareció en 2009.
La Procuraduría estatal asegura que sigue los protocolos de preservación en investigación de escenas del crimen.
En el estado de Guerrero, la Procuraduría local reportó que el domingo personal militar halló decenas de cadáveres en el poblado de Mexcaltepec, después que recibieron un aviso anónimo el sábado por la noche.
En el mismo estado y sólo unos días antes, integrantes de grupos civiles armados de autodefensa encontraron una fosa clandestina en el poblado de Cajelitos cerca de Chilpancingo, la capital del estado, y reportaron los esqueletos de tres hombres y dos mujeres.
Hace dos meses, las autoridades excavaron varios días y recuperaron 67 cadáveres en un poblado cerca del lago de Chapala, en el estado de Jalisco, un sitio popular entre turistas y jubilados estadounidenses.
En esta región libran una lucha los cárteles de los Caballeros Templarios y Nueva Generación. Policías locales que confesaron haber entregado gente al cártel Nueva Generación llevaron a los investigadores al lugar.