Dícese que quien estudia nuestros orígenes conoce a fondo el pasado y que quien investiga lo que piensa la opinión pública lo hace para saber qué nos depara el futuro. Sabias palabras que todo político bien preparado debiera entender para el mejor ejercicio de su profesión, ocupación u oficio, más aún, cuando al poco tiempo de haber ganado un democrático proceso electoral con todo y sus imperfecciones, ha ido comprobando cómo el respaldo popular y sobre todo su prestigio, honorabilidad y credibilidad lo ha ido perdiendo hasta llegar a ponerlo a nivel del suelo.

Cualquiera con dos dedos de frente dejaría entonces de pronunciar tanto discurso mentiroso o sin contenido, para ponerse a enderezar el rumbo perdido.

¿Quién no sabe y comprende que el futuro de nuestro país está en la niñez y juventud de hoy? De ahí mi interés por enterarme de los resultados del II Estudio: Cultura Política de los Landivarianos, que en el año 2013 continuó haciendo el esfuerzo por conocer la opinión de los estudiantes de la Universidad Rafael Landívar en 8 de sus facultades y con una muestra participativa de 367 alumnos, con una edad promedio de 21 años. El 87 % en la actualidad tiene la impresión que Guatemala está estancada o en decadencia, 18% por la corrupción y el clientelismo; 12% al mal manejo de la administración pública; 5% a la incapacidad de los gobernantes; 4% a las políticas públicas ineficientes y otro 4% a la falta de apoyo del Gobierno, lo que suma 43% del total.

El panorama democrático es más desolador, porque la investigación arroja que en el año 2011, cuando se realizó la primera investigación de opinión, para el 56% la democracia era la mejor forma de gobierno, pero apenas dos años después, en el 2013, solo el 24% lo afirmó, como que para el 17% le era indiferente y, terminando las citas, se hizo notar que el 34% cree que la situación de Guatemala será peor, para el 22% seguirá igual, contra solo el 30 % que cree que podría ser mejor. Algo más impactante todavía es enterarse que el 77% de los encuestados ha deseado irse al extranjero.

Más razones habrá mientras los que están gobernando actualmente sigan creyendo que con  solo pronunciar politiqueros discursos exigiendo a los ministros que integran el gabinete que se aprieten el cincho, pero no hagan nada por dejar de sostener tan grande y costosa burocracia, como implementando sus políticas públicas con la misma ineficiencia y politiquería actual, el desencanto y la frustración seguirá estando igual o todavía más agigantado en la estudiosa juventud, mayor en los adultos y al máximo, entre quienes lo único que tienen es una inmensa pobreza. Finalmente insisto en decir, no se pueden obtener distintos resultados haciendo lo mismo, como tampoco se puede contradecir la lógica gastando más de lo que real y efectivamente se percibe.