Tenía por lo menos siete meses de no hacer el viaje a El Salvador (por tierra) y el fin de semana me dispuse a emprenderlo nuevamente, lo que resultó representativo de la situación que vive Guatemala.
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Las carreteras están totalmente abarrotadas de propaganda política proselitista, a menos de un año de ir a las urnas, para cambiar al torpe e inhábil Presidente que elegimos hace tres años. Realmente es un «chambón», un hombre que ha demostrado que pasará sin pena ni gloria por el puesto, salvo que le permitió a su mujer llevar a cabo todos sus caprichos políticos y convertirse en la verdadera mandamás, sin haber sido electa. Ella es la que decide todo en este incoloro gobierno. í‰l goza de las mieles del poder, viajando a más no joder y ella ejecuta su «cohesión social», en un marco totalmente ilegal de gobernar en la sombra, pero a las claras. Ella lo define todo en el desmadre que nos metió este hombre sin carácter. Y mientras tanto, la propaganda de los dos partidos más fuertes no se hace esperar. Desde aquí hasta la frontera con Las Chinamas, el color naranja de los Patriotas y el verde de los de la UNE, han manchado cuanta piedra, poste y árbol cerca de la carretera pueden verse. Todo espacio está copado, aún cuando puede verse todavía alguna que otra valla roja para los del LIDER. Cuando uno se acerca a Barberena, la carretera hecha por el gobierno anterior (Berger) luego de tres años… aún permanece sin terminar en sus dos o tres últimos kilómetros, lo que verdaderamente da vergí¼enza ajena. De grima observar cómo esa bellísima carretera de concreto no pudo ser concluida en tiempo, antes que Berger y Castillo dejaran el «guacamolón»… pero éste gobierno prefirió dejar abandonada la obra -para demostrar así- la incapacidad del Conejo y su pandilla. Algo similar sucedió con el Aeropuerto Nacional, que ni las láminas quitaron… solo por «joder», afeando las condiciones de esa otra «glorificada», pero inconclusa obra.
Y ¿quién sale perdiendo? Honestamente, creo que Guatemala, porque en el primer caso, es terriblemente molesto transitar por la carretera hacia El Salvador, y de repente, ésta concluye de tajo, sin aviso, sin nada que diga «agua va». Pero pasa uno todo ese «sin sabor» y exactamente en el tramo llamado El Molino, el gobierno de la UNE ha dejado sin concluir un inmenso e innecesario trébol con carriles muy bien trazados, pero no siguieron la faraónica obra, por lo que da la sensación de que todo lo iniciado quedó en el vacío, como un ejemplo que salta a la vista de la ineficiencia de todos los Ministros de Comunicaciones del gobierno de Colom. ¡Todos! Improvisación e ineptitud. No pudieron terminar la anterior fase que dejaron los funcionarios de Berger y caterva, que eran apenas unos cuántos kilómetros… pero tampoco lograron con ésta pequeña parte, y tal vez no la logren terminar antes del 14 de enero de 2012. Así que, este viajecito por tierra hacia El Salvador, por Las Chinamas, me sirvió para darme cuenta de lo terrible que son los políticos, porque ya tienen copadas cuanta piedra hay en la carretera, manchando con sus colores de identidad -a diestra y siniestra- árboles y postes de alumbrado eléctrico… y a la vez pude comprobar -fehacientemente- la incapacidad para terminar con las obras de mediana envergadura que comenzó el anterior gobierno, en esta parte del país. Pero también el gobierno de Colom. ¡Chambones ambos! Merecen una recriminación en voz alta y con reproche vociferante de todo el pueblo. Queda demostrado, con poco, el mal manejo de la planificación y la inversión gubernamental, así como la falta de controles para las «chapuceras» empresas constructoras, que dejan «a medias» trabajos tan necesarios para el desenvolvimiento de la vida normal en las carreteras nacionales. Y de la propaganda, ni hablemos: el TSE pone ridículas multas de 100 dólares.