En medio de frustraciones, pero con esperanza y determinación, marchamos ahora hacia el 70º aniversario de la gesta del 20 de octubre de 1944. Fue verdadera revolución porque muchas de las condiciones sociales, económicas y políticas que existían en la dictadura de Jorge Ubico fueron sustancialmente modificadas con el accionar del triunvirato y de los dos gobiernos revolucionarios de la “Primavera Democrática”.
Fue un cambio tan profundo que todo lo ocurrido en los últimos 60 años, luego de la intervención de los Estados Unidos y la traición a la Patria de unos pocos, en 1954, y los procesos contrarrevolucionarios y contrainsurgentes que siguieron, ha sido consecuencia de la determinación del pueblo de Guatemala por darle continuidad a la Revolución de Octubre. Ésta logró mucho en diez años; pero todavía faltaban más cambios sustanciales en el Estado y la sociedad en la aplicación precisa del derecho a la libre determinación de los pueblos, cimiento de la convivencia pacífica entre los países.
Como afirma la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG): “Luego de varios intentos, a veces pacíficos y otras veces armados, por recuperar este derecho [a la libre determinación de los pueblos]… solamente la lucha guerrillera, la formación de la URNG y la negociación y firma de los Acuerdos de Paz generaron la esperanza de que las conquistas de la Revolución de Octubre tuvieran su continuidad histórica. Lamentablemente, los acuerdos de paz, por mala fe de los sectores dominantes del país, ya no son ni siquiera ‘recuerdos’ de paz… Ha llegado el momento, en la antesala del 70º aniversario de la Revolución de Octubre, que se celebrará en 2014, de producir la más grande alianza revolucionaria, para continuar dicha Revolución”. Continúa la RPDG manifestando que se suma “al proceso de sensibilización, organización y acción que desarrollaremos las fuerzas sociales y políticas progresistas, junto al movimiento popular, para lograr el ‘renacimiento de la Primavera Democrática’ que nos permita tener en el 2015 o antes, si las condiciones del país así lo exigen, el Tercer Gobierno de la Revolución. En este proceso cabemos todas las personas de buena voluntad dispuestas a lograr la ‘Nueva Guatemala’, un país libre de la violencia, la represión, la opresión, la explotación, la discriminación, el racismo, el machismo, la injusticia social, la corrupción y la impunidad. Igualmente, caben fuerzas sociales y políticas, ideologizadas o no, de derecha moderada, centro o izquierda que quieran rescatar al Estado de su condición casi fallida y que estén dispuestas a enfrentar la reconstrucción del país con el concurso igualitario de los cuatro pueblos. Deben estar las mujeres junto a los hombres, de todas las edades, y aceptando el gran arcoíris de la tolerancia entre las y los ciudadanos del país”.
Este movimiento no es un sueño, ya que las diversas luchas de nuestros cuatro pueblos –garífuna, ladino, maya y xinca– empiezan a converger, las mujeres levantan su voz para exigir sus derechos y denunciar sus violaciones, al igual que otros sectores discriminados y marginados reclaman su condición humana, y la juventud exige la apertura de los espacios que el sistema le niega. Así, muchos nos sumaremos el 26 de octubre, en el Paraninfo Universitario, al III Seminario del Movimiento de Unidad Progresista y Popular (MUPP), organizado por la Juventud, que incluirá, como hecho novedoso, un Festival de Música y Arte. La Juventud del MUPP quiere aportar nuevas formas de lucha, para evitar que se haga inevitable un nuevo proceso de lucha armada. Nuestras grandes gestas siempre han tenido en la vanguardia a hombres y mujeres jóvenes. Ha llegado el turno a la “generación del 2014”, la cual, teniendo en cuenta la experiencia y sabiduría de las generaciones anteriores, hará realidad el proyecto revolucionario.