«La conflictividad agraria guatemalteca es tan compleja y profunda, como las heridas abiertas desde la Colonia; durante las dictaduras conservadoras y liberales, hasta la época contrainsurgente que de todos es conocida sus efectos devastadores sobre los campesinos, principalmente las comunidades indígenas.»
(Pascual Pérez. Secretario Ejecutivo. Pastoral de la Tierra Nacional.)
La Pastoral de la Tierra Interdiocesana PTI de la Provincia Eclesiástica de Los Altos de Guatemala, presentó esta semana la V edición de la revista anual «Â¿Hacia dónde vamos? Conflictividad agraria, ambiental y laboral. Una mirada desde el campesinado».
En la presentación de esta revista católica, se dice que durante los últimos cinco años han registrado la secuencia de cómo actúan los diferentes actores afectados por un conflicto y cómo procede el Estado y la iniciativa privada ante los mismos. En uno de los artículos publicados, se señala que se habla de «conflicto laboral o agrario» cuando los trabajadores o mozos colonos reclaman sus derechos mediante diferentes acciones, pero, hay que darse cuenta que los conflictos se inician, cuando los empleadores violan las leyes laborales y/o el Estado permite esas violaciones o genera conflictos a través de sus instituciones.
Durante las tres últimas administraciones de gobierno de los partidos FRG, GANA y UNE, la PTI ha documentado cómo ha sido la actuación de la institucionalidad de la paz y los tribunales de justicia, ante la conflictividad de los grupos de campesinos que han acompañado. También está documentado, cómo afecta a las familias campesinas el hecho de que sus demandas no avancen en los trámites administrativos, se quedan en dictámenes que no se implementan. Pese a que hay violación a derechos humanos individuales y colectivos, las leyes no se aplican y la impunidad de los terratenientes y empleadores se mantiene.
Respecto al actual gobierno, la PTI considera que el problema agrario no está en la agenda y hace crítica de las políticas implementadas para la resolución de la conflictividad agraria y el estancamiento de los conflictos debido al letargo y la omisión de la institucionalidad correspondiente. Recuerda que el intento de crear una instancia multiinstitucional y multisectorial denominada Comisión Paritaria para la Atención de Conflictos Agrarios, Laborales y Ambientales COPAC, fracasó por la falta de compromiso oficial, para atender las causas estructurales que genera la conflictividad en el campo, plagada de ilegalidades, abusos y atropellos contra los derechos humanos, constitucionales y laborales de campesinos e indígenas.
La Pastoral de la Tierra Interdiocesana PTI de la Iglesia Católica, fue creada en 1999 para fortalecer los procesos organizativos de familias campesinas e indígenas, que han sido excluidas del desarrollo. Brinda acompañamiento a organizaciones que afrontan conflictos laborales, agrarios y ambientales, ante terceros, ofrece formación política, apoya alternativas productivas y contribuye a la construcción de políticas públicas incluyentes y justas en la búsqueda de una vida digna.
La PTI considera que la aprobación de la iniciativa de ley del Sistema Nacional de Desarrollo Rural Integral, podría coadyuvar a mejorar las condiciones de paz social en el campo y provocaría que el sujeto social afectado por la conflictividad agraria, laboral y ambiental fuera priorizado dentro de la política pública para reducir la situación de pobreza y pobreza extrema en la que hoy vive la familia campesina.