Hacer lo mismo, obtener lo mismo.


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Nuevamente deseo apoyarme en lo que sucede en el deporte más popular del mundo, para ilustrar un importante concepto que deseo compartir con todos ustedes. Al igual que muchos guatemaltecos, el dí­a domingo, estuve pendiente del resultado que nuestra selección de fútbol sub 20 obtendrí­a en su primer encuentro en el campeonato del mundo que se está llevando a cabo en varias ciudades de Colombia.

José Mario Labbé*
jomalabbe@gmail.com

Lamentablemente para los jugadores, técnicos y dirigentes, el resultado fue negativo. Una nueva derrota se sumó a la larga lista de fracasos que ya han acumulado, no solamente ellos, sino la totalidad de nuestras selecciones nacionales de fútbol. No digo que el fracaso sea malo, al contrario, nos enseña cuál es el camino que no debemos tomar. El problema es que se está convirtiendo en deporte nacional.
Lo que ha sucedido a lo largo de nuestra historia futbolí­stica, es algo simple, pero que provoca que los resultados positivos no se produzcan: Se sigue haciendo exactamente lo mismo, por lo tanto, los resultados siguen siendo exactamente los mismos.
¿Qué está sucediendo en nuestras empresas? ¿Se están dando los resultados proyectados? ¿Se está creciendo al ritmo esperado? Si la respuesta a una de las últimas dos preguntas es negativa, es el momento de realizar un análisis en nuestros procesos, tanto administrativos como operativos, en la actitud y compromiso de nuestro recurso humano, determinar que estamos haciendo actualmente para obtener lo que hemos obtenido hasta ahora y empezar a diseñar que es lo que debemos hacer para lograr lo que queremos, que por supuesto, tiene que ser diferente. Planes estratégicos nuevos, formación y desarrollo al recurso humano, innovadoras estrategias de servicio, técnicas creativas de mercadeo y ventas, etc. Ya lo dijo Albert Einstein, uno de los cerebros más privilegiados que han surgido en la humanidad: “No hay peor señal de locura, que querer obtener resultados diferentes haciendo siempre lo mismo”.
En el aspecto personal, debemos revisar constantemente nuestros logros, en todas las dimensiones de nuestro desempeño humano: Fí­sica, emocional, social y espiritual. Si en alguna de estas áreas no tenemos satisfacción de logros, es porque no estamos haciendo las cosas correctas, ya que cada uno de nosotros está en este mundo para lograr sus sueños, cumplir sus objetivos y alcanzar sus metas. Todos nacimos para triunfar. Es momento de cambiar y hacer las cosas de una forma diferente, con tu pareja, tus hijos, tus padres, amigos, empresa, tu relación con Dios, tu situación financiera, etc. y constantemente evaluar esos resultados para retroalimentarnos si vamos por el camino correcto o aún falta enmendar la dirección. Recuerde, los ganadores dan resultados, los perdedores dan explicaciones. Sea efectivo. í‰xito en todo.

*Asesor en efectividad y alto desempeño