Cuando el grupo de arquitectos e ingenieros, Minoru Yamasaki, Emery Roth y Leslie Robertson emprendieron en 1966 la construcción de las Torres Gemelas en la Ciudad de Nueva York, nunca imaginaron que 35 años después iban a ser destruidas a propósito por un ataque terrorista. Desde el inicio del proyecto se les otorgó a las Torres Gemelas la insignia del imperio económico de los Estados Unidos; por ello el nombre de Centro de Comercio Mundial.Fueron por muchos años los edificios más altos del mundo.
La mañana del martes 11 de septiembre de 2001, dos aviones Boeing 767, el vuelo 11 de “American Airlines†con 93 pasajeros a bordo y el vuelo 175 de “United Airlines†con 64 pasajeros, secuestrados por la red “Al-Qaedaâ€, fueron estrellados contra las dos torres, siendo este el ataque terrorista más devastador de la historia en los Estados Unidos de América y el mundo. El primer impacto sucedió en la Torre Norte en los pisos 93 al 99, provocando un incendio de gran extensión por la enorme cantidad de kerosene (“jet-fuelâ€) que expulsó el avión al chocar contra el edificio. El segundo golpe sesgado fue en la Torre Sur, desde el nivel 78 (“Sky Lobbyâ€) al 87. El jefe del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Nueva York (FDNY) Richard Picciotto, inmediatamente organizó a su batallón para comenzar una de las mayores operaciones de rescate en la historia de la ciudad. Estando en el piso 35 de la Torre Norte, con más de 20 bomberos y personas rescatadas, Picciotto describe la situación de la siguiente manera: “Veo hacia arriba esperando que el techo estalle en cualquier momento; luego escucho el ruido y el estruendo, que nos invaden y nos inundan. Se oía encima de nosotros, y luego debajo también. En seguida del tremendo ruido y del temblor: Silencio.†El valiente bombero decidió entonces bajar lo antes posible para poner a salvo al grupo de personas que tenía a su cargo. Estando ya en el sexto piso, el edificio comenzó a desplomarse, lo que se consumó en un tiempo muy breve. Como un milagro Richard Picciotto se salvó, al quedar en medio de un derruido tramo de las gradas que resistió el colapso. Ahora bien, al ingeniero de las autoridades portuarias Pasquale Buzzelli que se encontraba en el piso 64 con 15 de sus compañeros, le sucedió casi lo contrario. Ellos esperaban la orden de la seguridad para comenzar a evacuar, pero cuando esa orden llegó ya era demasiado tarde. Aún así fue uno de los sobrevivientes: “lo primero que pensé cuando abrí los ojos fue ‘estoy muerto’. Y mientras pensaba eso sentí dolor en mi pierna… entonces me di cuenta que estaba vivo.†El camarógrafo Keith Lane trata aún de filmar el desplome de los edificios, cuando ve una gran nube de polvo que se viene sobre él: “habían pequeñas partículas como si estuviera nevando, como si se hubiera sobrevivido a un invierno nuclear.†Así también otros camarógrafos como []Jack Talercio, Dave Corporon y el reportero Mike Sheehan lograron salir con vida del siniestro. Para Usman Farman, musulmán radicado en Nueva York, fue algo increíble lo que vivió ese día, pues al huir y correr tropezó y cayó en una de las calles, y se sorprendió cuando fue auxiliado por la última persona que él pensaba que lo ayudaría: un Rabino. “Ven, dame la mano y salgamos de aquí…†Mahatma Gandhi afirmó: “No hay camino para la paz, la paz es el caminoâ€. El 30 de mayo de 2002, luego de ocho meses y medio de intensa y acelerada labor, finalizó la limpieza de hierros retorcidos y escombros del área denominada “Zona Ceroâ€. Desde Guatemala, dedico este artículo a todas aquellas personas que se esforzaron por salvar a muchas otras, en especial al Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Nueva York y a quienes perdieron la vida en la tragedia del Centro de Comercio Mundial, el martes 11 de septiembre de 2011.