«HABRí AL MENOS PAZ Y SEGURIDAD EN MIS DíAS»


ASí lo deseaba uno de los primeros reyes de la Tierra y ha sido igual a través de centurias de años; y en Guatemala cada cuatro años y sigue peor. Nos referimos a la paz y seguridad social difí­cil para todo clase de gobierno desde los teocráticos, monárquicos, dictatoriales y toda clase de democracias, “sin faltar palabras de todas las buenas”. ¡Ah, pero el recuerdo de las obras añejas hasta las más fresquitas como la leche al pié de la vaca!; esas se van con el agua, porque lo que es del agua, ya se sabe.

S. Villanueva Gudiel
svillanuevagudiel@hotmail.com

 


Toda paz, con mayor razón la espiritual, requiere sacrificio personal no solo ventajas y ganancias deshonestas, o sea “corrupción” que ya llegó a la depravación de la mente, hechos y palabras que la auditorí­a social del pueblo condena con justicia  con  su voto libre hoy en dí­a, y la está haciendo bien. No al voto comprado o con  palabras machaconas, pero con indiferencia en el Congreso a las necesidades del pueblo. Y si eso es ahora que andan tras el voto; ¿qué será después? Verdaderamente hasta el “voto en blanco” cuenta, porque es agregarlo al que menos los merece, en vez de restarle, No vote en blanco, ¡VOTE PERSONALIZANDO!
    La paz y seguridad social se trabaja personalmente (tal como lo hace la maldad); no se compra, vende, importa o exporta, ni se manda hacer; es efecto de exigirla al Poder Judicial. Cuando la justicia es de verdad justa, ofrece ambos resultados; entonces el pueblo trabaja honestamente, prospera, es feliz y  recreativo. Si continúa la violencia en todas sus formas; es culpa de los jueces, juezas y magistrados que debieran de respetar jurisprudencias ya aceptadas entre  la eterna lógica del bien y el mal hacer.
     Las fallas contemporáneas las señala la prensa, y  aprueban o repostan muy bien los lectores que sí­ leen; a quiénes agradecemos sus correos personales y comentarios a La Hora en el caso Harold Caballeros;  les decimos que coincidimos  en el lapso lingue de su propaganda inicial. “Si alguno no ofende en palabras, éste es varón perfecto” y él no es tal, perfecto; claro, eso no debió ser así­..
      Como creativo que fuimos  de los Estatutos de la Alianza Evangélica de Guatemala, alguna pequeña luz se habrá hecho ante tan Honorables Magistrados de la CSJ sobre la juridicidad y representatividad como Credo religioso de la AEG, que hoy integra los cuatro Grandes Honorables dignidades de la nacionalidad, como fue nuestro sueño; señalando esta vez el óbice como un hilo de araña, ni siquiera tela o red en vez de fraude de ley, que nos tuvo en expectativa.
     La Palabra y la Verdad de donde procede Harold candidato, no fallan; sino los hombres que dejan de obedecerla y medran falsificando la verdad con otros elementos como la mentira y corrupción polí­tica sectorial o partidista, ofreciendo como antaño: fusiles y frijoles (léase balas), dádivas, bonos necesarios oportunos, o actuales bolsas con pescado solidario descompuesto; empleos remunerados sin hacer trabajo productivo, que es inmoral. Y “No hay paz para los malos, dijo Jehová.” Menos el dormir con seguridad y en los alrededores. Ni vendrán  lluvias de bendición en su tiempo.
        La fe puede, ya se ha demostrado, y el  programa de ViVa y su lí­der máximo es convincente para bien de nuestro amado paí­s. Una vez más demostrémoslo.   Lavémonos la ponzoña que pudiese haber en nosotros y votemos.