Guí­a de perplejos


En dí­as pasados escribí­ sobre el tema de la duda. Dije que ese es un estado monstruoso porque no permite la paz del espí­ritu. Es decir, el ser humano aunque tiende por naturaleza hacia la certeza, a veces no logra su determinación por no tener elementos suficientes para adherirse a algo. El producto de esa oscilación es la inquietud, el desasosiego y la parálisis por el movimiento que no le permite a la inteligencia estar en tierra firme.

Eduardo Blandón

Con el propósito de ayudar a los lectores a tomar una decisión en estos dí­as de perplejidad electoral, a continuación le comparto algunos criterios que podrí­an ser de utilidad en las elecciones que se avecinan.

Consejo número uno. Sospeche de los candidatos que usan el tema religioso en su campaña electoral. Huya de esos señores que hacen la señal de la Cruz o que elevan los ojos al cielo para pedir la bendición de Dios antes de cada discurso. Piense que si usan a Dios para llegar al poder, con mucha más facilidad lo usarán a usted. El que no tiene escrúpulos con Dios, menos la tiene con los hombres.

Consejo número dos. No se fí­e de los candidatos que ofrecen palo a la población para brindar seguridad. Se trata de candidatos o con problemas psicológicos (infancias mal vividas, historia de abusos y frustraciones a granel) o personas con deformación educativa (obtenida, por ejemplo, en cuarteles). El que habla mucho de dar palo es porque no sabe dialogar y es un simplista para dar solución a los problemas.

Consejo número tres. El criterio estético es mala guí­a. Si a usted le gusta un candidato, es buena idea para que haga recortes de fotos y se ilusione en brazos de tal beldad, pero no se deje llevar por ese criterio para emitir el voto. Hablar bien y ser hermoso son grandes cualidades, pero no siempre coinciden con el mejor candidato.

Consejo número cuatro. No vote por caciques. Sea cauteloso y no vote por esos señores que tienen mil años de estar en la vida polí­tica, los que son dueños de partidos y son figuras intocables. Piense que si instrumentalizan el partido a su gusto y antojo, igual harán con usted cuando lleguen al poder. Esos son candidatos con vocación autoritaria y amigos de la adulación.

Consejo número cinco. Huya de los candidatos que sólo aparecen para las elecciones. No es bueno votar por gente inexperta aunque digan que tienen muchos tí­tulos universitarios y tienen trayectoria de honestidad. Para gobernar es preciso hacer carrera pública y esa gente parece que lo público lo trae sin cuidado.

Finalmente, aunque la lista puede ser extensa, evite a los polí­ticos extremos. Es decir, no vote por nada del mundo por fanáticos del libre mercado o por esos que añoran a la antigua Unión Soviética. Piense que el fanático es un cerrado de mente y un idiota así­ no puede ser presidente de Guatemala.

El pequeño listado no pretende ser exhaustivo, pero le aseguro que por lo menos le hará pensar y hasta, con suerte, a decidirse por alguien. Ojalá.