Guerra avisada


El mundo entero se enfrenta, aún sin comprender totalmente la profundidad de la crisis, ante un fenómeno que golpeará sin misericordia al globo terráqueo. Crisis que no solamente tiene un fundamento económico reflejado en el sistema que se impusiera en los setentas, sino en el desenfrenado saqueo de las riquezas naturales, en especial aquellas que protegen los ciclos de mantenimiento de las condiciones necesarias para mantener la vida.

Carlos E. Wer

En ambos casos, la denuncia fue lanzada en su momento sin que se tomaran más acciones que aquellas que en las reuniones entre los lí­deres mundiales, tuvieran como resultado largos y sesudos estudios que a la larga, no representaron las acciones necesarias para detener, o por lo menos ir paliando el daño, cada vez más pronunciado en contra de la humanidad.

Y tal como pasara con los pronósticos económicos de Lyndon Larouche, a quien le negaran la atención durante más de una década, aquellos que anunciaban los resultados que tendrí­a esa masiva destrucción y que fuera materia para un informe secreto del pentágono, también fueron ignorados. í‰ste, que revelaba que el cambio climático podrí­a convertirse en una catástrofe global, cobra hoy una inusitada importancia. A pesar de que el «The Observer» británico lo diera conocer desde 2004, este informe secreto, ocultado por la jefatura de defensa de EE.UU. advierte que importantes ciudades europeas serán anegadas por la subida de los mares, mientras Gran Bretaña se verá conducida a un clima siberiano para el 2020.

Mas, el informe no para allí­, y concluye que no solamente serán los efectos climáticos los que amenazarán la existencia en el mundo, sino aquellos que se derivarán de él, tales como conflictos nucleares, megasequí­as, hambre y revueltas masivas que prácticamente se extenderán alrededor del mundo.

Ese documento, que por razones lógicas y de geoestrategia, pretendí­a mantenerse así­, en secreto predecí­a, el que el cambio climático abrupto podrí­a poner en prácticamente todas las naciones del planeta al borde de la anarquí­a y que, las naciones poderosas, desarrollarán amenazas nucleares para defender y asegurar sus medios de producción de alimentos y sus fuentes de energí­a y agua. Ese peligro, el que amenazarí­a la estabilidad global, sobrepasarí­a fácilmente, aquella que proviene del terrorismo y, provocará el que millones de vidas serán perdidas en guerra y desastres naturales, sin contar aquellas que provendrán de las revueltas y conflictos, que se convertirán en elementos intrí­nsecos de la vida. Una vez más, concluye el análisis secreto del Pentágono «La guerra definirá la forma de vivir humana».

Las conclusiones a que llegara el documento en cuestión, deben hacernos pensar detenidamente en algunos temas nacionales de mayor importancia, aun cuando en la realidad pareciera que la población poca o nada de atención les prestara. Y uno de ellos, es precisamente uno que recién se ha sido publicado sin que haya despertado mayor debate: el problema aún no resuelto del reclamo territorial de Belice. La polí­tica angloestadounidense al respecto, ha manejado el problema de tal manera que, como otros temas, este vaya desarrollándose en forma tal que los objetivos esperados sean alcanzados, sin que provoque sobresaltos. Psicológicamente y con la complicidad de la collonerí­a, traición y entreguismo de nuestras autoridades nacionales, especialmente las de Relaciones Exteriores y el Ejecutivo, esas polí­ticas se han ido deslizándose, creando en la población la idea de un hecho consumado.

A partir de la importancia que para los intereses de la oligarquí­a mundial representan los recursos naturales, el US Geological Survey National Mapping Division del EROS Data Center de Sioux Falls SD, publica HACE MAS DE 10 Aí‘OS, el mapa guatemalteco SIN BELICE, avalado el SICA, la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo y la USAID. A partir de allí­, textos escolares, publicidad oficial y privada ha publicado el mapa cercenado de nuestra patria. La polí­tica de esos intereses visualiza la lógica de una tercera parte del territorio nacional el departamento de Petén, que ante la imposibilidad de desarrollarse por la no accesibilidad al mar, hoy, mañana o pasado busque refugio en México o en el propio Belice, apoyado por aquellos que conscientes de su riqueza biológica, sus inmensos recursos acuí­feros, el petróleo etc. han manipulado la conciencia nacional, haciéndolos tácitamente aceptar esta alta traición a nuestra tierra.