Guatemaltecos se unen en marcha mundial contra el hambre


Miles de guatemaltecos participaron ayer, por cuarto año consecutivo, en la marcha mundial contra el hambre organizada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que busca alertar sobre la erradicación de este flagelo y la pobreza en el mundo.


Los actos de esta actividad, que se iniciaron con una ceremonia maya en el Obelisco, en la periferia sur de la ciudad, fueron encabezados por el vicepresidente de Guatemala, Rafael Espada, quien aseguró que la situación del hambre es un problema «serio».

Espada dijo que el gobierno del presidente ílvaro Colom, que inició el pasado 14 de enero, está comprometido en luchar contra el hambre y que espera que este flagelo se termine en los próximos años no sólo en Guatemala sino en el mundo.

El vicepresidente, sin embargo, no participó en la marcha debido a la pertinaz llovizna que cae sobre la meseta central y el resto del territorio guatemalteco.

La marcha fue encabezada por el ex presidente ílvaro Arzú (1996-2000), actual alcalde de la capital, quien exhortó a las autoridades a redoblar esfuerzos para proteger a los niños.

De acuerdo con Espada, los niños de 0 a 5 años son los más desprotegidos en este paí­s centroamericano, donde más de un millón de menores padecen de desnutrición.

Al frente de la marcha, junto a Arzú también iban los ex deportistas Mateo Flores y Teodoro Palacios, representantes del Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala, funcionarios de gobierno y del sector privado, así­ como estudiantes de colegios entre otros.

Una fuente del PMA dijo que no habí­an podido cuantificar el número que participó en la marcha debido a la pertinaz lluvia, y a la misma no asitió la sobrina del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, Lauren Bush, por cuestiones de seguridad, pese a que habí­a manifestado su interés de participar.

La marcha tuvo como propósito recaudar alimentos para la Estrategia Nacional de Reducción de la Desnutrición que impulsa el gobierno.

Según estudios del PMA, el impacto económico y social de la desnutrición le cuesta a Guatemala unos 3.128 millones de dólares anuales.