Dos arquitectos de la firma Oficio Colectivo con sede en Guatemala presentarán en mayo próximo en la Bienal Internacional de Arquitectura en Rotterdam, Holanda, su proyecto “INVERScape(s) Barranco Invertido”, que fue seleccionado entre más de 500 propuestas de todo el mundo, además de ser la única representación latinoamericana en dicha Bienal.
Los arquitectos Jorge Villatoro y Erick Mazariegos, fundadores y directores de Oficio Colectivo explicaron a La Hora en qué consiste el proyecto de investigación que elaboraron, junto a un equipo consultor multidisciplinario, que busca que los barrancos puedan tomarse en cuenta e integrarlos al funcionamiento de la ciudad.
Según los arquitectos, la idea del proyecto no nació de esta Bienal, cuyo tema de esta edición es “Urbanos por naturaleza”, sino que ya tenían la idea de participar desde la Bienal pasada; este año “el tema de los barrancos se insertaba de manera casi perfecta en esa convocatoria y vimos la oportunidad (de la Bienal) para impulsar el proyecto y darle una presencia internacional” dijo Mazariegos.
UNA CIUDAD DE BARRANCOS
La idea de realizar el proyecto de investigación nace del gran desconocimiento que hay sobre los barrancos en la municipalidad capitalina, que constituye el 43 por ciento de su territorio, que está conceptualizado como que “no puede generar plusvalía a la ciudad”. Sin embargo, la ciudad de Guatemala crece y se expande cada vez más por lo que consideran que “el futuro de la ciudad está en función de que ese 43 por ciento se pueda utilizar”.
Los arquitectos buscan integrar la visión económica y social al proyecto de investigación, que se contempla dure dos años y buscará explicar cuáles son sus potencialidades (de los barrancos) e identificar las oportunidades.
Mazariegos explica que esto no significa que hay que botar la idea del Plan de Ordenamiento Territorial y empezar a construir desmedidamente sino buscar formas más inventivas de cómo generar economía dentro de ese territorio.
Actualmente predomina una visión más conservacionista sobre los barrancos pero los profesionales consideran que es necesario dar un brinco en el tema y verlo con una visión más integral en los aspectos económico y social. Esto porque prevén que uno de los grandes retos a futuro será reducir la brecha marginal que ha aumentado por la forma en que está creciendo la ciudad y el impacto en sus territorios que no se ha sabido desarrollar, ya que uno de los pocos usos que se las ha dado es el de asentamientos informales, en algunos casos.
“Creemos que al poder integrar dentro de una visión territorial, el tema de asentamientos informales, saber que existen, qué hacer con ellos, ayudaría a darle un sentido más social a una visión de planificación urbana” señala Mazariegos.
En el aspecto económico buscan que se transforme esa visión de “no productividad” de los barrancos, tomando en cuenta que la ciudad genera una cantidad de desechos, desde basura hasta agua que no se aprovecha que va a parar a los barrancos.
Lo que está buscando la investigación es tratar de entender cómo podemos hacer uso de todos esos residuos que produce la ciudad y convertirlos en un encadenamiento productivo indica Mazariegos.
Por ejemplo, ¿Qué pasaría si esos barrancos empiezan a producir cierta idea de captación de agua, de limpieza del agua y de volverla a ingresar al sistema de redes de agua de la ciudad? No solo se convierte en una forma más sostenible de mantener la ciudad sino también genera un capital, indicó el arquitecto.
EMOCIONADOS POR SELECCIÓN
Por su parte Villatoro indica que sobre el tema existe “una doble moral”; todos decimos que los barrancos son los pulmones de la ciudad pero ahí tiramos nuestra basura, los rellenos, los drenajes, decimos que queremos conservarlo pero no lo hacemos, señala.
Villatoro dice que se sienten muy gratificados por la aceptación del proyecto; generalmente las oficinas de arquitectura no investigan, es algo que está desapareciendo por el día a día que no permite estudiar ni investigar los proyectos, pero para nosotros es una línea transversal, la investigación, anotó.
Nos alienta mucho, esperamos que nuestras iniciativas tengan eco, el primero es la selección para la Bienal de Rotterdam, que es la Bienal más importante de urbanismo en donde somos la única oficina latinoamericana en ser seleccionados.
Nos sentimos emocionados en estar en este tipo de proyectos porque desde nuestro oficio creemos que podemos hacer un impacto en nuestro país, concluyó Villatoro.
Puede visitar la página de Oficio colectivo en www.oficiocolectivo.com para conocer más sobre el proyecto
En la actual cultura local, estar sobre el nivel del barranco, significa ser parte de los estratos productivos de la ciudad, y por tanto, todo lo que pasa por debajo de éste nivel representa una capa invisible negada por la propia ciudad.
De esta forma la ciudadanía parece aprobar que el medio ambiente natural sea lo que la Ciudad de Guatemala clasifica como desecho, y por tanto, todo lo que se encuentra dentro de su territorio. Por otro lado, crea un tipo de excepción, donde se permite la pobreza, el riesgo y los conflictos sociales. Los barrancos son una ecología incierta en la ciudad, con importantes atributos ambientales. Pero son también un territorio desafiante con problemas de segregación social y urbana.
*Proyecto INVERScape(s): Barranco Invertido