Guatemala necesita gente extraordinaria si es que quiere salir avante de sus problemas. No podemos seguir siendo simplemente espectadores de los conflictos que nos rodean, debemos actuar rápido y no quedarnos en la periferia
Porque los problemas, que son nuestros, de ningún otro, no son cualquier cosa, al contrario, son difíciles de resolver, costosos y sobre todo se han ido arraigando en nuestras costumbres de tal manera, que solo siendo extraordinarios podremos arrancarlos de raíz. Esta era nuestra manera de pensar antes de conocer a Juan Carlos Molina David, profesional de la psicología que muy bien pudo haber adoptado la posición de cientos de miles de profesionales quienes, ya fuera por temor al fracaso o por los riesgos inherentes antes no se habían animado a trabajar con jóvenes de ambos sexos en alto riesgo, cuya definición es estar al borde del involucramiento de la drogadicción y la delincuencia.
De ese esfuerzo e interés personal también surgió la idea de hacer algo o mejor dicho, hacer mucho por la juventud en riesgo, que a todos nos consta deambulan, muchas veces por un rechazo familiar por la calles o porque la necesidad los ha llevado a trabajar en lugares tan difíciles e insalubres como el relleno sanitario (basurero) de la zona tres de la ciudad capital de Guatemala. La motivación también surgió en Juan Carlos cuando se conmovió ante la difícil situación en que se quedan aquellos niños y niñas descuidados por los padres, quienes forzados a tener que ir a trabajar y ante la circunstancia de no poder dejarlos encomendados con quienes pudieran velar porque no les pase nada e incluso hasta para satisfacer sus necesidades básicas.
ACTITUDES DIFERENTES
El Psicólogo Juan Carlos Molina pudo haberse quedado ejerciendo su profesión en una elegante y cómoda oficina de la Zona Viva sin dejar de poner el dedo sobre el renglón de las múltiples necesidades que tiene nuestra población. Pero no, prefirió seguir el camino correcto para alcanzar el éxito profesional como era convivir con quienes estuvieran en una
-2-comunidad de alto riesgo, en aquella que fuera un área donde la mayor cantidad de delincuentes, jóvenes y señoritas se reúnen o conviven a diario. Había que establecer contacto directo con ellos, para después, poco a poco, lograr un vínculo más cercano hasta llegar si fuera posible hasta consolidar una amistad.
PROGRAMAS EFECTIVOS
De ahí surgió la idea de trabajar los programas en la calle, seleccionando un grupo objetivo de acuerdo a las pruebas realizadas para conocer su buena voluntad de superación. Con un excelente equipo que se fue conformando de acuerdo al avance del proyecto, que por aquellos días era tan solo un sueño, se dispuso realizar un Taller de Confrontación Personal, en donde se podría identificar sin ninguna duda las heridas personales y familiares de cada quien. Se diseñó un PSSP (Plan de Sanación y Superación Personal) dándole un seguimiento semanal de manera individual y también grupal, acompañando aquel difícil método y proceso a nivel personal, familiar, educativo, espiritual y social. Es decir, se hizo a un lado utilizar solo la teoría. Esta se tenía que poner en práctica porque no había otro modo de lograr buenos resultados.
LABOR DE EQUIPO
El esfuerzo que requería el proyecto no podía soportarlo una sola persona. Está bien que lo coordine, pensó Juan Carlos, pero necesito buenos samaritanos que me acompañen, quién pueda meterme el hombro en el apoyo, en las visitas y en hacerse sincero amigo de sus congéneres. Así es que también había que conseguir el apoyo económico el que fue surgiendo, con la bendición de Dios, de diversas partes al menos para dar los primeros pasos. Así surgió la idea de conformar una Asociación: “Guatemaltecos Extraordinarios” la que fue legalmente constituida hace tres años, precisamente en marzo del 2011, por supuesto sin fines de lucro, paso a paso y a través muchos esfuerzos, hasta que logró recibir un doble financiamiento de USAID lo que permitió atender a niños, niñas, jóvenes, señoritas en alto riesgo, pero increíblemente con un gran futuro, si recibían la atención debida logrando sanar y superar su nivel personal, familiar, educativo, espiritual y social, eliminando solo y de propio esfuerzo el interés de continuar por el mal camino.
LOS INELUDIBLES COSTOS
La población en alto riesgo requirió de un Director General, otro más a cargo de los jóvenes, también otro dedicado al deporte y dos mentores para atenderlos debidamente, no solo a ellos sino también a sus familias, que forman parte de su ineludible círculo. En total ahora trabajan 90 personas. Para la población en riesgo fue necesario contratar al director de la escuela con sus seis maestros para atender actualmente a una población de 67 niños y niñas. La población con descuido requirió la contratación de la directora de la guardería, también a quien estuviera a cargo de la escuela, la cocinera, maestra y de voluntarios que también requieren de recursos para atender a una población de 40 niños actualmente. Y lo que nunca falta, los costos adicionales o complementarios, entre otras cosas para satisfacer la necesidad de alquilar un edificio, al contador que lleva el control de los ingresos y egresos, los materiales de estudio, el mantenimiento necesario al equipo y las instalaciones, los indispensables costos del teléfono, agua, luz, materiales de oficina y tantas cositas más.
CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Teniendo en mente que los éxitos no se dan gratis, los costos por persona atendida debían incluir su educación desde muy temprano, el reforzamiento escolar por las tardes, la academia de fútbol (porque no solo de pan viven los niños y niñas) con el afán y el esfuerzo de eliminar por completo que los beneficiados del programa se alejen de la posibilidad del involucramiento delictivo. En otras palabras, hacer realidad el lema: “que más vale prevenir que lamentar”.
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De esa cuenta el progreso ha llevado a contar actualmente con 197 valiosos colaboradores con un costo mensual de US$12 mil dólares, lo que representa un costo por persona atendida de US$61.
ESTO ES SOLO EL PRINCIPIO
Juan Carlos Molina, hoy, más que nunca, está convencido que el esfuerzo ha valido la pena. Que hay que seguir adelante y ante la efectividad del programa por la metodología en la reducción de la delincuencia en Guatemala y los buenos resultados logrados hasta la fecha ha requerido lanzar un reto a la población guatemalteca: que cada vez hayan más personas o entidades que se involucren en el proyecto, ahora hecho realidad, pues a pesar que por el momento únicamente el 0.1 por ciento de la población está siendo atendida, se ha demostrado en la práctica que es VIABLE la reducción de la violencia, para así extenderlo hasta lograr si fuera posible millones de niños y niñas.
Estimado lector, seguramente se interesó usted en el tema. Lo invitamos a acompañar a Juan Carlos Molina el miércoles 19 de marzo 2014, de las 19:30 horas en adelante en el Paseo Cayalá, Gran Salón Azaria, para escuchar de su propia voz y del valioso equipo que lo acompaña los satisfactorios resultados logrados y de paso, degustar de magnífica cena con el acompañamiento musical del Sistema de Orquesta de Guatemala conformado con niños artistas, interpretando los Himnos Nacional de Guatemala y el de la Alegría. (Costo de participación Q250).