Como guatemaltecos, tenemos innumerables denominadores en común que nos unen como población. Comenzando por los elementos obvios tales como nuestro territorio, hasta otros más sutiles tales como nuestra afinidad por la marimba o el quetzal. Sin embargo, la violencia y la impunidad se han hecho particularmente presentes sobre los demás durante los últimos años.
alfonso.carrillo@meimportaguate.org
Como nos hemos acostumbrado ya, cada vez que abrimos un periódico o vemos un telenoticiero, nos enfrentamos con una ola de noticias negativas. Asesinatos, secuestros y robos ya no nos sorprenden tanto como una vez lo hicieron. De hecho, es lo que parte de nosotros espera encontrar al recurrir a los medios noticiosos nacionales. No obstante, los medios únicamente reflejan nuestro ambiente. Por ello, cuando muchos hablamos sobre nuestro país con extranjeros, es común que la violencia sea uno de los temas principales de conversación.
Los guatemaltecos reflejamos nuestro propio país y hablamos de este mismo conforme la percepción que tenemos de lo que sucede y experimentamos. Como parte de esfuerzos para salir adelante de nuestra posición actual, como uno de los países más violentos y corruptos, tenemos la tendencia de enfocarnos en estos mismos aspectos del país, resultando en una fuente infinita de malas noticias.
Claramente, es útil apuntar a los defectos y las fallas de Guatemala para poder focalizarlos y trabajar en ellos. Sin embargo, aún más importante es identificar los aspectos positivos y fortalezas para potencializar el desarrollo de nuestra Guatemala.
Así como hay mucho de que lamentarse sucediendo aquí, es imperativo no olvidar que a la vez hay mucho de que enorgullecerse. Desde el hecho que nuestra tierra es el origen de una de las civilizaciones más admiradas por el resto del mundo, hasta el carácter amigable de nuestra población, Guatemala tiene mucho que ofrecer. Varias veces se ha mencionado que éste es uno de los países más bellos del mundo, con la ciudad colonial de Antigua, las ruinas de Tikal, y las selvas en Petén. A la vez, nuestro cultivo de café nos distingue del mundo. Vivimos en un ambiente de gente con raíces honestas, trabajadoras y felices, raíces que muchas veces olvidamos.
El fin de semana pasada, uno de los grandes orgullos guatemaltecos en el área de la canción se presentó en el escenario Mateo Flores y deslumbró al público como únicamente él puede. El cantautor Ricardo Arjona es parte de la gran lista de orgullos nacionales que guían nuestra atención hacia el potencial que existe en este país. Personas como Arjona, el doctor Rodolfo Robles, Miguel Ángel Asturias, Mateo Flores por nombrar unos pocos (entre muchos más) nos recuerdan que Guatemala tiene muchísimo que ofrecer bajo la capa de negatividad que muchas veces cubre a este país.
Resaltando los logros y reconociendo todo lo que nuestro país y nuestra gente tienen por alcanzar nos ayuda a crear un ambiente de crecimiento y esperanza. Por ello, sugiero que hagamos un esfuerzo por desatarnos de lo funesto y acoger un ambiente positivo. Está en nuestro poder cambiar nuestras propias mentalidades y nuestros puntos de vista del país. Así que la próxima vez que nos veamos confrontados con noticias y comentarios desalentadores, no dejemos que se nos olvide que Guatemala será la imagen y reflejo de nuestros logros como guatemaltecos, y de lo que hagamos porque nuestro país sea.