Guatemala y el mes del disco en Musical


De alguna manera, Musical es y ha sido la casa del músico y del melómano desde siempre en Guatemala, ya que se trata de la Casa Distribuidora de discos y artí­culos musicales más antigua y prestigiada del paí­s desde hace más de cinco décadas. Su arraigo en la cultura guatemalteca, tan falta de estí­mulos y de ventanas al mundo, es tan profundo como las ceibas de nuestros campos. La presencia de Musical siempre ha sido y es, un oasis y un rí­o sonoro que nunca ha dejado de fluir para tranquilidad de nosotros, los amantes de la música.

Celso Lara

Desde su añeja casona, ahora remozada, ubicada en la Calle de la Pulmoní­a y Calle de Chispas (13 calle y 9ª. avenida, zona 1), Musical abrió sus puertas hace más de cinco lustros. Fue el primer almacén que surtió de música clásica a la ciudad de Guatemala en forma sistemática, seleccionada y amplia:

En los primeros tiempos acetatos 78RPM y luego 45RPM y 33 RPM, hasta llegar en nuestros dí­as a la grandeza del Compacto y del DVD. Lugar acogedor, siempre fue el refugio de todos los músicos, melómanos y amantes de la música, donde se hací­a tertulia y era lugar obligado de reunión, como lo es hasta nuestros dí­as.

Conocí­ Musical desde muy niño, de 7 u 8 años, de la mano de mi padre, Maestro de Capilla y Organista Mayor de la S. I. Catedral Metropolitana, Maestro Celso Lara Calacán (QEPD) y fue la tienda de los milagros para mí­, por las maravillas de discos que me deslumbraron porque en aquel entonces estaba descubriendo el sonido. Con amabilidad pocas veces encontrada entonces en el comercio de Guatemala, su tradición de atención no ha variado hasta nuestros dí­as.

En la Guatemala de mi niñez -yo no lo entendí­a entonces-, debió ser muy difí­cil invertir recursos en un terreno sin explorar comercialmente, pues la música y menos la llamada música clásica, ha sido generadora de réditos.

Pero con una decisión formidable y visionaria, don Mario Wí¼nderlich se lanzó a la aventura que hoy continúa con sus hijos, en particular Sandra y Juan Wí¼nderlich, todos melómanos y provenientes de distintas ramas del arte, y pusieron a disposición de la cultura de Guatemala todo su capital. Invertir en cultura no es rentable, pero es altamente gratificante.

Guatemala debe mucho a Musical por tantos años de apoyo a la música clásica. Nuestra gratitud al ingeniero Mario Wí¼nderlich y su familia. Además, especialmente al muy querido amigo Manuel Rodrí­guez cucurucho irredento, gran conocedor de música con quien hemos crecido y envejecido juntos, y a doña Zoila Godoy que con su sonrisa a flor de alma, invita a estar mucho tiempo en esta añeja casona de la Calle de la Pulmoní­a. Indudablemente que el espí­ritu de ese artista de Guatemala, Guillermo Tulio González fallecido tiempos ha y trabajador incansable de Musical, está presente todos los dí­as en sus cuatro estancias sonoras.

En nombre de Guatemala, en nombre de la música y de Santa Cecilia patrona de los músicos y del sonido:

¡Gracias don Mario Wí¼nderlich por creer en Guatemala y por dedicarle a la música sus mejores esfuerzos! Musical bien vale una misa en este Mes del Disco.

¡Larga vida a Musical y a sus promotores?!