Guatemala se muere


La muerte de nuestro paí­s se acerca, puesto que, minuto a minuto, se puede observar las dolencias que tiene, pues el mal uso de la tierra que pisamos y de nuestro ambiente está provocando la agoní­a de Guatemala.

Cindy Quintanilla

La crisis ambiental que vivimos a nivel nacional no terminará si no se trata de concienciar, no sólo a la población, sino principalmente al gobierno en gestión, para que, juntos, tratemos de curar los males que han llevado a la agoní­a a nuestro paí­s.

No es exageración

Magalí­ Rey-Rosa, de la organización Madre Selva, asegura que el problema ambiental no es una exageración, sino una de las peores crisis que la civilización humana ha provocado.

La ambientalista indica que el planeta está siendo fuertemente atacado, pues diariamente se le inyecta diferentes tipos de veneno; en el suelo, el aire y además en el agua, sin detenerse a meditar que sin los mencionados elementos no se puede subsistir.

Además de ese ataque, los humanos nos hemos encargado de eliminar todos los esquemas naturales, que podrí­an haber hecho el papel de amortiguadores para la supervivencia de la Tierra, explica Rey-Rosa.

Además agrega que otro de los grandes problemas que provocan las dolencias del ambiente, es el enamoramiento tecnológico, que ha hecho pensar a la humanidad que no necesitamos de la naturaleza, dejando de lado las riquezas que ésta nos brinda.

Rey-Rosa asegura que la humanidad no ha tratado siquiera, de respetar las leyes de la naturaleza, pues por ignorancia o por simple soberbia, se ha hecho mal uso de todo lo que ella nos regala.

Pocos cuidados de parte del Gobierno

En una calificación de 0 a 100, la ambientalista Rey-Rosa califica con un 30 la función del Gobierno para el cuidado ambiental de nuestra Guatemala, aduciendo que son pocas las situaciones en las que ha tratado de contribuir con mejoras al ambiente.

Este gobierno ha sido quien más ha incentivado la explotación minera e instalado hidroeléctricas en diferentes comunidades del paí­s, no importándole los daños que éstas pueden ocasionar, pues las personas que habitan en esos lugares se han quejado en repetidas ocasiones de la carencia del vital lí­quido, indica la ambientalista.

Además agrega que la minerí­a le deja al paí­s el 1% de las reales ganancias. Pero lo que sí­ le deja en abundancia es una destrucción y devastación ambiental realmente trágica e irreversible.

«El presidente de la república, í“scar Berger, en vez de detener toda destrucción del ecosistema natural, se encuentra forcejeando con el Consejo Nacional de íreas Protegidas, para que éste le permita a una compañí­a petrolera tener una licencia en el área núcleo de la reserva de la Biosfera Maya», expresó la ambientalista.

Rey-Rosa asegura que nuestro planeta no aguanta con este nivel de envenenamiento, por lo que es necesario rediseñar nuestra manera de convivir con la naturaleza, pues de lo contrario condenaremos a la especie humana a la extinción.

No hay voluntad polí­tica

La misma opinión comparte Jorge Cabrera, secretario de la Comisión Interparlamentaria de Ambiente y Desarrollo, quien aduce que ni al Presidente ni a su equipo de gobierno le interesa la conservación del medio ambiente, pues asegura que los lineamientos de éste se inclinan en promover la inversión, no importándole los altos riesgos que éstos contengan para el planeta.

«El tema de los biocombustibles el Gobierno lo ha trazado como una mejorí­a, pero en realidad esto puede generar aspectos negativos, pues entre los cultivos que se utilizarí­an para la bioenergí­a está la caña de azúcar, entre otros, que implican una expansión de la frontera agrí­cola, con los efectos directos que tiene en el área de producción por los insumos quí­micos que utiliza y los posibles desechos que puede tener», indicó Cabrera.

Urge que actuemos

Cabrera aduce que el Gobierno debe actuar para mejorar el medio ambiente, sin buscar el beneficio de las compañí­as internacionales y sus socios nacionales; además, considera que éste, debe institucionalizar los espacios de consulta y participación ciudadana, para que los guatemaltecos se vinculen en actividades de rescate al planeta.

Debemos tener presente, que la agoní­a de nuestra Guatemala continúa y mientras sus habitantes no aceptemos que es necesario cambiar nuestro estilo de vida, contribuiremos a su muerte, por lo que es vital que se asuma con seriedad el tema ambiental.