Guatemala: polémica por apoyo de Guardia Presidencial


Los operativos para poder controlar la violencia en los autobuses han merecido algunas crí­ticas de parte de los grupos de derechos humanos.

La salida a las calles guatemaltecas de más de dos mil militares, entre ellos 150 de la Guardia Presidencial, para frenar una ola de violencia es rechazada por grupos humanitarios al estimar que contradice los Acuerdos de Paz que en 1996 pusieron fin a 36 años de guerra.


«Es una completa contradicción a los Acuerdos de Paz y ya se tiene que terminar ese cí­rculo vicioso de dependencia del Ejército para apoyar a la policí­a en la seguridad pública», afirmó a la AFP el dirigente del Colectivo de Organizaciones Sociales (COS), Orlando Blanco.

«Es evidente que existe un auge en los ilí­citos del crimen organizado y de la delincuencia común, es el contexto. Sin embargo, preocupa la remilitarización de la policí­a», insistió.

Según Blanco, desde 2000 las fuerzas castrenses asesoran, brindan inteligencia y participan en operativos conjuntos con la policí­a, un retroceso en los acuerdos de pacificación pues éstos buscaban evitar la participación del Ejército en esa tarea y el fortalecimiento de una policí­a civil y democrática.

El secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad, Julio Balconi, anunció el lunes que los militares iniciaron la protección de autobuses de la capital guatemalteca ante el clamor de los choferes, tras el asesinato de colegas por presuntos pandilleros.

Entre tanto, el vocero de Ejército, Daniel Domí­nguez, comentó que la nueva fuerza de seguridad estará compuesta por 150 guardias presidenciales y se denominó Xibalbá, en honor a la ciudad del inframundo del libro sagrado de los mayas, el Popol Vuh.

Paralelamente, crearon la brigada de prevención del crimen Alfa, con 1.166 efectivos, y Bravo (705). En total, las tres cuentan con más de 2.000 elementos que brindarán seguridad sólo en el departamento de Guatemala en el abordaje de autobuses, precisó Domí­nguez.

Las tres brigadas estarán en funcionamiento por un tiempo indefinido, dijo.

«La policí­a está sometida al crimen organizado. Hay una degradación, una podredumbre que la está corroyendo», puntualizó Blanco.

A su vez, el director del humanitario Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), Mario Polanco, comentó a la AFP que en Guatemala hay que refundar el sistema de seguridad, donde los militares ya no participen como lo establecen los acuerdos que pusieron fin a la guerra, que dejó 200.000 muertos o desaparecidos.

Sin embargo, consideró que ante la ola de violencia que vive el paí­s y por estar en una época electoral por los comicios generales del próximo 9 de septiembre se puede justificar aunque no soluciona el problema.

Además, acusó a los militares que estuvieron en altos mandos hace 20 ó 25 años de estar detrás del recrudecimiento del espiral de violencia, dada la similitud en la forma de operar de ahora y de entonces.

Muchos de esos militares integraban grupos paralelos ilegales y con contactos con el crimen organizado, según Polanco.