Guatemala, paí­s de la libertad


No cabe duda, Guatemala es el paí­s que mejor ejercita la palabra libertad en el continente americano; podrí­a ser un motivo de orgullo polí­tico, podrí­a también atribuí­rsele al sistema económico imperante, es decir, donde cada persona tiene la entera libertad para actuar; en otras palabras, Guatemala es el paí­s ideal para quienes desean hacer lo que se les da la gana.

Fernando Mollinedo

Estamos finalizando un año más y Guatemala no deja de ser sacudida por los continuos escándalos financieros en detrimento del erario nacional que protagonizan funcionarios públicos a cargo de todos los ministerios de Estado, direcciones, secretarí­as, organizaciones no gubernamentales, municipalidades de todo el paí­s lideradas por la ciudad de Guatemala.

No importa la nacionalidad para hacer en Guatemala cualquier negocio, sea éste oficial o privado, de todos modos se hace, sea legal o ilegal; si lo desea legal tiene que someterse a la interminable espera burocrática y pasar un buen tiempo suplicando la autorización de sus actividades; de lo contrario, si usted lo desea ilegal, pues no hay nada más fácil que hablarle a los funcionarios o en su caso a los segundones y terceros en el mando para que ellos intercedan con sus «buenos oficios» para agilizarle cualquier clase de trámites.

Si es extranjero y promete pagar en dólares USA, las puertas se abren casi de inmediato, si es guatemalteco, le pondrán mil trabas hasta que usted de forma descarada ofrezca y otorgue el primer adelanto en cualquier moneda (quetzales o dólares USA); pero el asunto está en que cualquier clase de negocio puede ser autorizado en Guatemala.

La conducta hipócrita e ilegal de la mayorí­a de funcionarios y empleados públicos en Guatemala, trasciende las fronteras y augura un maravilloso campo para la inversión; en el caso doméstico está dirigida y orientada a ordeñar al Estado, o sea ejerciendo el supuesto poder polí­tico que dicen ser designados o nombrados para dirigir instituciones nacionales.

Es lamentable y quien lo niegue estará hablando «babosadas» para justificar el inmisericorde hueveo de las arcas nacionales; la mayorí­a de funcionarios del Gobierno actual llegaron con los humos de ser «honrados y honestos» pero el desvelo de sus actuaciones los han mostrado como lo que son, unos vulgares ladrones, es decir «empresarios».

Después del 14 a las 14, los medios de comunicación no tendrán empacho en publicar los actos delincuenciales de quienes por ahora han sido considerados de manera oficial «FUNCIONARIOS HONESTOS», para ese entonces, ya con la «marmaja» de pisto empezará el camino del soborno a las dependencias y entidades que tengan a bien investigar sus actos pasados. Es decir: «corre y va de nuevo». Y en la municipalidad de Guatemala, el poder de los tres (3) sigue a tambor batiente con el respaldo polí­tico de la población que votó para seguir con esa clase de funcionarios públicos.

Basta leer todos los titulares de los periódicos diurnos y vespertinos de Guatemala, para darse cuenta de la clase de funcionarios que hacen mover los engranajes económicos y financieros del paí­s en que vivimos, pero en general, la población seguirá dándose aires de libertad de mercado, economí­a capitalista y pichones de burgueses.