Guatemala: ¡Un pueblo sin moral!


Martin-Banus

Difícilmente podamos recordar entre los últimos 50 años, una época de tanto pesimismo y decepción hacia todo lo nuestro como la que vivimos actualmente en Guatemala. La sensación general es de desesperanza y de desconcierto. ¿Cómo puede ser que hayamos caído tan bajo y que nada en el horizonte cercano o mediano, nos brinde un fundado optimismo? ¿Quién, -con mínima consciencia-, podría dudar de la tan generalizada y degenerante situación que vivimos?

Martín Banús


En lo que sí existen algunas diferencias, -no muchas-, es en cuanto a lo que pudiera haber sido la causa raíz que nos trajo hasta aquí  y ha impedido históricamente y nos sigue impidiendo ser, -al menos-, una nación de segundo mundo. Las causas de tal estado fallido, como suelen llamarle al nuestro, algunos lo atribuyen a la herencia cultural hispano-americana, (bravura de unos y orgullo de los otros) producto de la conquista española. Otros, a la corrupción y la ineptitud de la gran mayoría de los gobiernos que han ocupado el poder. Una tercera razón que se esgrime, es la injerencia abusiva y corrompedora de extranjeros en lo económico y/o en lo político. Y por último, para citar sólo las más frecuentes, al sistema político, económico y social, que se circunscribió sistemáticamente a proteger y aumentar los intereses de una minoría en perjuicio del resto. Sin la menor duda, no dejan de tener, en cada caso, alguna o buena razón. Sin embargo, no creemos que ninguna de ellas sea la causa toral de nuestra situación. ¡En todas ellas, ha habido guatemaltecos involucrados y no es casualidad! Son producto de una determinada forma de sentir, de pensar y de actuar de nosotros, los guatemaltecos.

De la herencia cultural baste decir que ya han pasado 193 años de vida soberana (10 generaciones), que representan tiempo más que suficiente como para haber revertido con creses, cualquier adversidad producto de la misma.
 
En cuanto a la corrupción e ineptitud gubernamental, así como en cuanto a la injerencia corrupta extranjera, pues sólo cabe decir que tales acciones fueron realizadas al amparo, por conveniencia o indiferencia, o incluso por iniciativa de aquellos a quienes, nosotros como pueblo soberano, elegimos y encumbramos en el poder. ¡De tal pueblo, tal gobierno! ¿O no?
 
En cuanto a la caducidad del sistema político, podemos decir que con el mismo sistema republicano, democrático y representativo, con los 3 poderes, etc., otros pueblos lo hicieron incomparablemente mejor que nosotros y nos sacaron gran ventaja. Y por si eso no fuera suficiente, tuvieron la lucidez y madurez política, además, de ir modificándolo, -según los tiempos-, para que este no se agotara.

En resumen, hemos sido nosotros y sólo nosotros los responsables de todo lo que hemos hecho o dejado que nos hagan, sean ellos extranjeros o nacionales. Podemos estar completamente seguros que la indiferencia, cuando no la más absoluta inconsciencia y cobardía, han sido y siguen siendo, nuestras principales características y de ahí la historia que forjamos, los gobernantes que elegimos y consecuentemente, nuestra violenta, hambrienta e ignorante realidad: ¡Todo ello ganado a pulso! (500).