Guatemala ¿qué tan cerca está de ser un Estado Fallido?


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La amenaza e incrustación del narco y los poderes paralelos en los gobiernos, un promedio de 17 muertes violentas diarias, el 50 por ciento de desnutrición infantil, la pobreza que afecta a más de la mitad de la población y la desigualdad social por las nubes, el 70 por ciento de empleo informal, los servicios sociales inoperantes y de baja calidad, la desprotección de los grupos vulnerables y los altos niveles de corrupción e impunidad: Los ingredientes de un Estado Fallido están completos en Guatemala, pero los rankings internacionales, el Gobierno y los expertos en polí­ticas públicas coinciden en que el paí­s todaví­a no merece esa categorí­a, pero está cerca de alcanzarla si no se trabaja para cambiar el rumbo de la nación.

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REDACCIí“N LA HORA*
lahora@lahora.com.gt

Junto con China, Guatemala ocupa el lugar 72 en el estudio “The Failed States Index” -El índice de Estados Fallidos-, presentado por Fund for Peace y Foreign Policy, que analizó la situación de 177 naciones en el 2011.

Aunque el paí­s centroamericano no es considerado un Estado Fallido, el color naranja en la sección del ranking en la que se le ubica hace ver que se encuentra en una situación de alto peligro.

El informe revela que Guatemala, pese a que mejoró levemente en aspectos como la independencia externa, migraciones y fugas crónicas, y refugiados y desplazados, empeoró en la evaluación sobre violación a derechos humanos, agravios y paranoia social, desarrollo económico desigual, y presencia de aparatos ilegales (CIACS).

En el Continente, Honduras, Venezuela, Cuba, El Salvador y México, asediado por el narco, obtuvieron mejores calificaciones en el análisis global de los 12 indicadores que delinean la situación de un Estado.

En consonancia, el presidente ílvaro Colom dijo recientemente, tras la muerte del cantautor argentino Facundo Cabral, que Guatemala no podí­a alcanzar esa consideración.

“Yo me resisto a aceptar un Estado Fallido o algo, porque no es fallido. Hubo un crimen lamentable de Facundo Cabral que impactó a medio mundo”, exclamó el Presidente, ante la consulta sobre la debilidad de las instituciones nacionales para garantizar la vida.

Expertos y analistas en polí­ticas públicas consultados por La Hora coinciden con esa visión y creen que el Estado en Guatemala no puede ser considerado fallido, aunque sí­ débil y en algunos casos, inoperante.

Las tres posturas son similares, pero no concluyentes, pues una pregunta surge tras sus afirmaciones: ¿Qué tan cerca está Guatemala de ser un Estado Fallido?

RETOS Y DESAFíOS

El complejo fenómeno del fracaso de los sistemas democráticos es tema de variadas discusiones en distintas instituciones y esferas sociales, pero sigue comprendiéndose muy poco.

Los problemas que acosan a los Estados en proceso de convulsión polí­tica suelen ser muy similares: Corrupción generalizada, clases dirigentes depredadoras que monopolizan el poder, ausencia de un sólido estado de Derecho y graves divisiones entre la población.

En ese marco, Javier Brolo, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies-) considera que Guatemala no es un Estado Fallido, y cree que tampoco esté cerca de serlo.

“Hay desafí­os importantes como la atención al cambio climático, al crimen transnacional, a la desnutrición, entre otros, pero eso no quiere decir que sea un Estado Fallido”, asegura.

En ese sentido, destaca que una de las principales debilidades del paí­s es que las instituciones de seguridad “no tienen control en uso de la fuerza, y no alcanzan a cubrir todo el territorio para evitar el ingreso del crimen organizado”.

Según Brolo, en materia de gobernabilidad hay conflictos que resultan difí­ciles de concretar en tema de consensos, mientras que las instituciones “no son eficientes (…) por falta de transparencia y de modernización” .

En cuánto al desarrollo humano, consideró que el paí­s atraviesa una situación difí­cil en el tema de alimentación, lo cual solo puede ser revertido mejorando el acceso a servicios públicos y garantizando por completo los derechos civiles.

Por su parte, Iduvina Hernández, de la organización Seguridad en Democracia (Sedem), dice que es innegable que la corrupción, la debilidad de las instituciones estatales y la incrustación de las estructuras criminales sean una amenaza para el Estado.

De acuerdo con la activista, el Estado guatemalteco tiene serias dificultades para cumplir con sus funciones y especialmente, para ejercerlas con el menor uso de la coerción, tomando como ejemplo, la militarización o incurrir a estados de excepción en determinados lugares.

A las condiciones que amenazan la gobernabilidad, se suman las debilidades estatales para garantizar una buena calidad de vida de las personas, como la inversión en nutrición, educación, salud y vivienda, así­ como el empleo y la facilitación de un clima de confianza para motivar la inversión.

Pese a las precarias condiciones de las agencias oficiales y sus pobres resultados en el combate a la pobreza, ílvaro Ramazzini, representante de la Conferencia Episcopal de Guatemala, considera que el problema radica en la debilidad del Estado guatemalteco.

Aunque no precisa qué tan cerca está Guatemala de llegar al punto “fallido”, el religioso urge a los ciudadanos tomar cartas en el asunto, pues considera que las “acciones son responsabilidad de todas las instituciones” si se quiere “lograr que el Estado se haga más fuerte”.

“Tenemos una Constitución muy valiosa, por lo que hay que tratar que esta se cumpla y por otro lado, creo que una responsabilidad de la ciudadaní­a es ejercer el derecho que tenemos a una auditorí­a social para pedirles a los funcionarios que cumplan con su obligación. Creo que las próximas elecciones son una ocasión para demostrarlo”, recalcó.

FORTALECIMIENTO Y REFORMA

Lejos de los ránkings y los indicadores, Renzo Rosal, analista polí­tico, considera imprescindible abordar el debate con propuestas para el fortalecimiento de Guatemala. “La institucionalidad es un eslabón clave que responde a un modelo de Estado”.

Pero un Estado sólido, eficiente y coherente con las necesidades de la población no es gratis, de tal manera que el experto considera que “para fortalecer la economí­a del paí­s es necesario y urgente una reforma fiscal”. “Para que la economí­a del paí­s sea rescatada y fortalecida es necesaria la reforma fiscal, porque son muy pocos los recursos que posee”.

De forma paralela, señala que es importante tener un estricto control de los egresos e ingresos estatales, para que estos se destinen directamente a temas como la institucionalidad, el desarrollo humano y la gobernabilidad.

Los entrevistados coinciden en que Guatemala estará tan cerca o lejos de ser un Estado Fallido en la medida que se implementen las medidas que fortalezcan las instituciones y garanticen el bienestar de la población.

El destino del paí­s no está escrito, por lo que no se le puede augurar lo peor en vista de que la situación de la nación se puede modificar, pero eso depende en buena medida de la participación ciudadana. En ese sentido, Rosal dice que “retomar el timón” es importante, pues en la medida que la población haga suyo el problema, entonces participará y así­ podrá ser resuelto.

*Con información y entrevistas de Flor Ortiz

íNDICE
Los Indicadores


El término Estado Fallido hace referencia a una serie de condiciones que conllevan al debilitamiento del Gobierno en relación a la demanda económica, polí­tica y social que hace la sociedad. El término busca evaluar si los Estados responden eficientemente a su función, consistiendo esta en el abordaje de una serie de elementos que se listan como componentes dentro del í­ndice.

Además, el í­ndice califica de esta manera a aquel Estado en donde el gobierno ha perdido control efectivo sobre su territorio, enfatizando la importancia de la protección de las democracias. Sin embargo, el definir una evaluación objetiva del término, identificando claramente los aspectos que son tomados en cuenta, contribuye de gran manera a la definición de prioridades dentro de las agendas de gobierno y de nación.

En la evaluación, el í­ndice considera 12 factores de tres campos:

INDICADORES SOCIALES

* Presiones demográficas
* Refugiados y desplazados
* Agravios y paranoia social
* Migraciones y fugas crónicas

INDICADORES ECONí“MICOS

* Desarrollo económico desigual
* Fortaleza de la economí­a

INDICADORES POLíTICOS

* Desligitimación del Estado
* Deterioro de servicios públicos
* Violación de derechos humanos
* Aparatos ilegales (CIACS)
* Grado de división de las élites
* Independencia externa

“Para fortalecer la economí­a del paí­s es necesario y urgente una reforma fiscal”.
Renzo Rosal
Analista