Guatemala: ¿potencial productor de uranio?


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De acuerdo con estudios extranjeros y técnicos nacionales, Guatemala podrí­a ser un productor de uranio, pero aún falta el desarrollo de aspectos cientí­ficos y legales  para que el preciado metal sea extraí­do con seguridad.

Una de las primeras informaciones que surgieron sobre el tema se encuentra en “Noticias”, la publicación de carácter oficial de Taiwán, con fecha 6 de junio de 1987, que da cuenta de una investigación de expertos de ese paí­s en suelo guatemalteco.

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“Guatemala es rica en depósitos de uranio, de acuerdo con un reciente informe de expertos mineros chinos enviados a ese paí­s por el Instituto de investigación Tecnológica e Industrial, de acuerdo con los términos de un acuerdo de cooperación minera entre la República de China y Guatemala”, refiere la publicación.

Por otra parte, en una presentación oficial del Ministerio de Energí­a y Minas de Guatemala se hace referencia a los estudios efectuados “en todo el paí­s”, por las Naciones Unidas en 1980 y la Misión Técnica Minera de Taiwán de 1987 a 1991.

El documento electrónico refiere que “la Misión Técnica Minera de Taiwán completó programas detallados que culminaron con la perforación de cinco agujeros con barreno de diamante” y concluye que “los principales yacimientos están en Chiquimula, situada al oriente del paí­s”.

Al ser consultado sobre la exploración de este mineral en suelo guatemalteco y si el paí­s puede ser un territorio productor de uranio, í“scar Rosal, del departamento de Desarrollo Minero del Ministerio de Energí­a y Minas, explica que “uranio hay en todas partes del mundo y Guatemala no es la excepción”.

Sin embargo, para extraer el preciado metal -útil y codiciado para la industria armamentista y energética- que se encuentra en el suelo guatemalteco, todaví­a hace falta el desarrollo de investigaciones en aspectos cientí­ficos que aseguren la extracción, y en materia jurí­dica está pendiente la resolución de controversias en cuanto a la Ley de Minerí­a.

ESTUDIOS

Según Rosal, aunque la cartera de Energí­a y Minas aprobó dos licencias para realizar exploraciones en busca de uranio en Esquipulas, Chiquimula, aún se está tratando de determinar que exista suficiente mineral para explorarlo y que valga la pena extraerlo.

La factibilidad dependerá, entre otros factores, de la demanda del mineral a nivel mundial, los precios internacionales del petróleo y otros energéticos, y que su extracción no genere grandes riesgos.

“No se conoce el potencial en Guatemala; únicamente se han detectado anomalí­as en grandes áreas, pero nunca se ha pasado a una etapa para ubicar los yacimientos”, agregó el ingeniero Rosal. “Algunas empresas vienen y se van”, asegura.

Además de los estudios e investigaciones técnicas que hacen falta para entrar de lleno a la explotación del uranio, los aspectos jurí­dicos que conllevan la actividad minera son otro tema pendiente.

Yuri Melini, director del Centro de Acción Legal Ambiental y Social (Calas) considera que la extracción de uranio en su estado natural no causa problemas de radiación, pues genera radioactividad si es enriquecido.

Sin embargo, Melini lamentó que la cartera de Energí­a y Minas otorgue licencias de exploración cuando existe un debate legal sobre las actividades extractivas y se están discutiendo modificaciones a la controversial Ley de Minerí­a que se encuentra vigente.

FACTIBILIDAD

Preparados o no para la extracción, en Guatemala existe interés por las actividades de exploración para buscar yacimientos de uranio.

Un informe de Energí­a y Minas refiere que existen tres licencias de exploración vigentes: Sarroguacax I y Sarroguacax II, ubicadas en Cobán, Alta Verapaz, que fueron otorgadas a José Martí­n Montenegro, y Hopes, para las localidades de Esquipulas, Jocotán y Olopa, en Chiquimula, otorgada a Guatemala Copper S. A.

Asimismo, existen tres solicitudes de licencias de exploración que se encuentran en trámite: Hopes II y El Carrizal, a cargo de Guatemala Copper, S. A., para las localidades de Esquipulas, Jocotán y Olopa, y Chanmagua, para la localidad de Esquipulas, solicitada por la misma empresa.

Las licencias ya otorgadas, así­ como las que se encuentran en trámite no se limitan a la exploración por uranio, pues también hacen referencia a la búsqueda de otros metales.

La licencia de exploración confiere  al titular  la facultad exclusiva de localizar, estudiar, analizar y evaluar los yacimientos para los cuales le haya sido otorgada, dentro de sus respectivos lí­mites territoriales.

Se otorga por un plazo de tres años, que puede ser prorrogado a solicitud del titular hasta por dos perí­odos adicionales de dos años cada uno, debiendo reducir el área vigente en un 50 por ciento en cada prórroga.

El Ministerio de Energí­a y Minas no informa sobre más permisos vigentes, aunque se especula del interés que empresas canadienses pudieran mostrar en el tema.

El documento electrónico antes citado refiere que en  el 2006 el Ministerio otorgó dos licencias de exploración en Chiquimula, LEXR-010-05 y LEXR-009-05, pero la empresa solicitante renunció a la primera y dejó que la segunda se extinguiera.

En esa fecha, se presentó la solicitud para la licencia SEXR-011-05 El Jiote, pero finalmente se rechazó.

EL USO, TEMA SENSIBLE

De acuerdo con Rosal, el enriquecimiento de uranio es la parte más sensible del ciclo de combustión nuclear, ya que tiene tanto aplicaciones civiles como militares, en función del grado de pureza del material producido.

Así­, permite fabricar desde combustible para las plantas nucleares de generación eléctrica o en la industria armamentista, hasta la carga de una bomba.

De esa cuenta, Rosal considera que en el caso de Guatemala la explotación –de llegar a concretarse– no afectarí­a al paí­s. “Lo único que sacarí­a Guatemala de esto es el 1 por ciento de regalí­as y que la exploración deja el dinero aquí­ en el paí­s, ya que viene una empresa minera a hacer exploración, perfora y contrata empresas guatemaltecas para una máquina perforadora y contrata trabajadores”.

Asimismo, agregó que el uso que internacionalmente se haga de este mineral es ajeno al paí­s.

Confirmar la presencia de uranio en Chiquimula tardarí­a entre 5 y 7 años, según los expertos, y luego, habrí­a que sumar más tiempo para solicitar una licencia de explotación y hacer consultas a la Organización Internacional de Energí­a Atómica –encargada global de establecer controles sobre el uso de materiales fisionables– para determinar los controles necesarios para la extracción.

MINERAL
POSITIVO Y NEGATIVO*


El uranio es un elemento natural que se utiliza, entre otras cosas, en la producción de energí­a nuclear.

El uranio empobrecido es un subproducto del proceso de enriquecimiento del uranio en la industria de la energí­a nuclear.

De esta manera se comporta, quí­mica, fí­sica y toxicológicamente de la misma manera que la forma metálica del uranio natural. Las partí­culas finas de ambos metales se inflaman fácilmente, produciendo óxidos.

Entre los usos pací­ficos del uranio empobrecido figura la fabricación de contrapesos para aeronaves, y de blindajes contra radiaciones para los servicios médicos de radioterapia y el transporte de isótopos radiactivos.

El uranio empobrecido se utiliza en el blindaje de tanques pesados y la fabricación de municiones antitanque, misiles y proyectiles debido a su alta densidad y alto punto de fusión y a su disponibilidad.

Las armas con uranio empobrecido se consideran armas convencionales y las fuerzas armadas las utilizan libremente.

*Información de Naciones Unidas

URANIO
VALOR Y RIESGO


Según un informe del Organismo Internacional de Energí­a Atómica el uranio es el único metal utilizado como combustible que tiene las caracterí­sticas quí­micas, geológicas y geométricas de los metales.

Sandra Cuffe, de la organización Derechos en Acción, dijo en entrevista con Inforpress que el tema de la explotación del uranio ha provocado una fuerte oposición en Canadá, Estados Unidos y Australia por ser altamente contaminante y con material radioactivo que puede afectar la salud.

Gavin Mudd, especialista en la técnica (ISL), en un informe publicado en 1998 en relación a las explotaciones de uranio en Australia, señala que este método es altamente contaminante del agua. Existe una alta probabilidad de que la solución mineral se diluya y se expanda en largas distancias, contaminando así­ el sistema de aguas subterráneas.

Mudd realizó estudios del impacto del uso de ISL en otros paí­ses y logró establecer que por cada tonelada de uranio extraí­do, 7.3 millones de litros de agua fueron contaminados. Además, señala que en las diferentes experiencias de extracción de uranio con el método ISL, sólo un tercio del terreno afectado se pudo restaurar.  

“No se conoce el potencial en Guatemala; únicamente se han detectado anomalí­as en grandes áreas, pero nunca se ha pasado a una etapa para ubicar los yacimientos”.
í“scar Rosal
Desarrollo Minero – Ministerio de Energí­a y Minas