Guatemala es primero (I)


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En el seno del hogar que mis padres crearon, en el Colegio San Sebastián, en la Escuela Militar de Chile, en el Ejército de Guatemala, en la Universidad Rafael Landí­var, en todos y cada uno de los lugares en donde me formé y desarrollé, mis padres, mis maestros y mis mayores me enseñaron que la patria está primero.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

 


Por ello, es para mí­ tan fácil comprender y aceptar las palabras del poeta Ismael Cerna que a pesar de haber sido perseguido, encarcelado, vejado por el presidente Justo Rufino Barrios, ante la expectativa de muchas personas que pensaban que con su elocuencia iba a criticar al presidente muerto, en su poema El Perdón le expresó: No vengo a tu sepulcro a escarnecerte, no llega mi palabra vengadora ni a la viuda, ni al huérfano que llora, ni a los frí­os despojos de la muerte… No olvido que en un instante en tu abandono quisiste engrandecer la Patria mí­a. Y en nombre de esa Patria te perdono…”.

Nuestro paí­s se ha visto menguado por los enfrentamientos entre sectores, por la violencia ideológica que produjo un largo enfrentamiento de 36 años donde murieron más de 300 mil guatemaltecos, tanto del Ejército y de las fuerzas de seguridad del Estado como de quienes optaron por la rebelión, la lucha y la guerrilla, y por quienes inocentemente quedaron en el medio.

El enfrentamiento aparentemente terminó; sin embargo, los grupos de poder han continuado oponiéndose de múltiples formas, incluyendo las jurí­dicas y económicas, a los distintos gobiernos.

Dentro del sistema polí­tico cada vez es más el enfrentamiento, la obstaculización y el congelamiento en el trabajo, en las acciones en el poder Legislativo, esto ha hecho que nuestra patria retroceda a comparación del resto de Centroamérica y de América Latina.

Algunos no hemos actuado de esa manera y lo puedo decir sin vacilar, las dos veces que tuve el honor de ser electo diputado por el Distrito Metropolitano, mi actitud en el Congreso, en el seno de la Comisión de Finanzas y en todas las instancias fue la de buscar lo mejor para Guatemala.

Al Ministro de Finanzas de la época de Jorge Serrano, Richard Aitkenhead, le consta que apoyamos y mejoramos la recaudación de impuestos, el contenido de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, que nuestra actitud fue constructiva mas no subordinada hasta el dí­a del Serranazo.  La Ministra de Finanzas del Gobierno de Ramiro de León Carpio, Ana de Molina, puede dar fe y testimonio que como presidente de la Comisión de Finanzas, con el concurso de la mayorí­a de sus miembros, trabajamos largas horas para aprobar el Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado que se le heredó al Gobierno de ílvaro Arzú. Antes de entregar incrementamos la recaudación al elevar del 7% al 10% el Impuesto al Valor Agregado, sin que mediara solicitud por parte del Ejecutivo, mucho menos beneficio personal alguno. Reestructuramos el Impuesto de Circulación Vehicular, lo que permitió triplicar la recaudación de ese impuesto que en otros gravámenes como el de los Derivados de Petróleo lo redestinamos para el mantenimiento a la red vial y a las municipalidades para el mantenimiento de las ví­as urbanas.

Y en la Vicepresidencia de la República, a pesar del atraso que se le dio al Pacto Fiscal, por parte del entonces Ministro de Finanzas, Peter Lamport, cuando se nos entregó el mencionado pacto nos reunimos con los representantes del CACIF y de la Sociedad Civil a mejorarlo pese a que el Gobierno no habí­a tenido parte activa por cuanto habí­a sido en una madrugada que los representantes del CACIF y de parte de la Sociedad Civil habí­an concluido sus acuerdos, como históricamente consta.