Sin lugar a duda había mucha diferencia de aquellos años y el presente, en materia de seguridad se podía caminar y a lo sumo un carterista se llevaba el salario del mes sin causar heridas a la víctima. Funcionó una escuela de características, especialistas con los dedos para abrir botones, sin que el afectado sintiera el mínimo roce ni el aliento del malandrín.
Hoy da miedo enterarnos de la especialización de las bandas criminales en todos los ámbitos de las instituciones, organización que bien quisieran tener los delincuentes sicilianos.
Las personas nocturnas amanecían y el gentío se confundía entre trabajadores que antes del canto de los gallos ya iba a sus puestos laborales, y otros que regresaban después de una noche de fiesta.
La vida continuaba y se comentaba que los guardias judiciales habían capturado a líderes sindicales y estudiantes. Hubo quienes quedaron consternados al enterarse de la captura de Víctor Manuel Gutiérrez, leían los diarios esperando la noticia que pronto aparecería, pero fue en vano. Se supo que el gobierno militar dirigido por el coronel Enrique Peralta Azurdia había ordenado una limpieza de comunistas miembros del Partido Guatemalteco del Trabajo, otros capturados eran simpatizantes del movimiento 13 de Noviembre y posiblemente algunos militares arbencistas que seguían añorando el ejemplo del Soldado del Pueblo, coronel Jacobo Arbenz Guzmán.
El 5 de marzo del año citado hubo elecciones presidenciales y de las alcaldías. El partido Revolucionario ganó el evento y a pocos días hubo un secreto a voces, el Ejército aceptaría el Resultado eleccionario siempre y cuando el nuevo presidente electo, licenciado Julio César Méndez Montenegro aceptara un pacto. Es decir, se le entregaría la Presidencia, pero no el poder.
El candidato a la Vicepresidencia, licenciado Clemente Marroquín Rojas, hacía ver en combativos y bien documentados editoriales en La Hora, que Guatemala tenía un cambio para bien del pueblo.
El presidente electo decía que él representaba el tercer gobierno de la Revolución. Rápidamente muchos guatemaltecos quedaron convencidos de que aquellas palabras, quizá expresadas con la mejor intención no eran mas que una ilusión.
Junto con Gutiérrez fue capturado Leonardo Castillo Flores, destacado sindicalista de los campesinos. Gutiérrez es recordado por su valiosa actuación en la lucha magisterial y de la economía informal. Fue un historiador, sociólogo. Jamás se manchó con corrupción alguna. No tuvo que morir de la manera tan cruel, arrojado al mar desde un avión.
Continuará.