Guatemala consume más de 5 mil millones de cigarrillos al año


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En el marco de la conmemoración del Día Mundial sin humo de tabaco expertos en el tema advierten sobre la necesidad de implementar medidas para mejorar los sistemas de prevención, diagnóstico y tratamiento del tabaquismo, pero, especialmente, para erradicar el consumo en niños y adolescentes.

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POR MANUEL RODRÍGUEZ
mrodriguez@lahora.com.gt

Según los especialistas, el 23% de muertes por cáncer se atribuye al hábito de fumar, cada vez más común en la población joven del país debido, en buena medida, al impacto que tiene la publicidad y propaganda emitida por las empresas tabacaleras.

En Guatemala anualmente se consumen más de 5 mil millones de cigarrillos, según el Programa Nacional para la Prevención de las Enfermedades Crónicas no Transmisibles y Cáncer del Ministerio de Salud Pública (MSPAS), siendo Guatemala el departamento de mayor incidencia de consumo, seguido de Sacatepéquez y Escuintla.

De acuerdo al MSPAS, del total de la población, que se estima en más de 14 millones de habitantes, el 1.5 por ciento  de las mujeres y el 21.7% de los hombres son fumadores activos.

Respecto a muertes relacionadas por el tabaco en el país, la institucionalidad pública revela que fallecen aproximadamente 6 mil guatemaltecos al año como consecuencia de enfermedades causadas por el tabaquismo, incluyendo el 10% que corresponde a fumadores pasivos, es decir, familiares o amigos cercanos de los adictos al cigarrillo que permanecen cerca de éstos, así como quienes trabajan en centros cerrados donde, en teoría, no se permite fumar.

El Estado de Guatemala es signatario del Convenio Marco para el Control del Tabaco, recomendado por la Organización Mundial de la Salud, (OMS), para contrarrestar las enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

El objetivo de este Convenio y de sus protocolos es proteger a las generaciones presentes y futuras contra las consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición al humo del mismo, proporcionando medidas de control a fin de reducir de manera continua y sustancial la prevalencia de este tipo de producto, sin embargo, el futuro de este problema no es positivo.

ABOGAN POR MÁS IMPUESTOS

Instituciones como Una Voz Contra el Cáncer (UVCC), cada año, hacen énfasis en la necesidad de promover y fortalecer el Convenio Marco, para prevenir las enfermedades relacionadas con el consumo del tabaco.

Igualmente, recomienda al Gobierno implementar medidas específicas para bajar la demanda y la oferta del tabaco, como el aumento de precios e impuestos, la prohibición total de la publicidad de los cigarrillos, la estricta vigilancia de espacios libres de humo y la puesta en marcha de programas de prevención en centros educativos.

Precisamente el doctor Miguel Garcés, de UVCC, considera de vital importancia desincentivar el consumo del cigarrillo a través del aumento en impuestos de importación del producto, tomando en cuenta los costos sanitarios y ambientales que exceden las recaudaciones fiscales por impuestos al tabaco.

A decir del galeno, lo eventualmente recaudado podría destinarse a mejorar la cobertura de algunos servicios de salud, especialmente a los programas de atención asociados con el tabaquismo.

Asimismo, declara que el tabaquismo está generando más pobreza en la población y que este vicio no trae ningún beneficio sino, al contrario, con los gastos médicos que se contraen por enfermedades causadas por el tabaco al provocar hipertensión, cáncer en las vías respiratorias, problemas cardiovasculares y amputaciones.

“Los fumadores activos tienen una esperanza de vida 15 años menos que la de un no fumador. Hay una iniciativa de ley para subir impuestos al tabaco, pero está durmiendo el sueño de los justos y los diputados no hacen nada para promoverla”, declara Garcés.

En ese contexto, en septiembre de 2010, la Corte de Constitucionalidad emitió un fallo que dejó sin efecto un gravamen al tabaco, lo que implicó que el Estado dejara de percibir Q34 millones ese año y una media de Q150 millones en 2012 y 2013, según registros de la Superintendencia de Administración Tributaria.

Hace un año, el Ministerio de Finanzas envió a la Comisión de Finanzas del Congreso una propuesta de restitución del impuesto. Sin embargo, la redacción del artículo 69 de la Ley Antievasión II, dejó la tributación a discrecionalidad de las empresas tabacaleras, calculando los impuestos de comercialización e importación en base al precio sugerido de los productores.

TRES DE CADA DIEZ JÓVENES CONSUME

Datos de la Secretaría Ejecutiva y Comisión contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas  refiere que tres de cada diez jóvenes entre 12 a 15 años fuman en la actualidad; en su mayoría, motivados por la presión social y la publicidad presentada en los medios de comunicación que influyen en el comportamiento de los jóvenes que, poco a poco, se convierten en adictos al tabaco.

La titular de la Seccatid, Lucky López, enfatiza en que la venta de cigarros sueltos está prohibida en el país, pero que el Estado falla en el control de esta actividad, pese a los intentos por erradicar este hábito a nivel nacional.

Explica que otro factor que motiva al consumo es la facilidad de compra de una cajetilla de cigarros, mismas que oscilan entre Q20 y Q17; en lugar de comprar algún alimento para “matar el hambre”.

“La mayor preocupación es que el segmento más vulnerable está comprendido entre los 10 a 14 años. Por eso es importante hacer prevención porque es mucho más económico que un tratamiento. La edad promedio es esa y es la puerta de entrada para consumir otras drogas como la marihuana. Esto afecta a la economía del hogar porque las personas a veces prefieren fumar que comprar comida”, aclara López.

La funcionaria estima que el coste por el tratamiento de un paciente adicto al tabaco, incluyendo consultas médicas, psicológicas y estudios especializados como ecocardiogramas y electrocardiogramas oscila los Q3 mil 700 mensuales por paciente, sin contar la inversión en medicinas que podría alcanzar los Q3 mil 500 al año.

INTERESES DE TABACALERAS

La Organización Mundial de la Salud señala que el tabaquismo es la principal causa de enfermedades cardiovasculares y respiratorias en el mundo, provocando cardiopatías y el cáncer de pulmón, en el adulto y síndrome de muerte súbita en un menor lactante.

De igual forma, la OMS/OPS critica que la industria tabacalera en Guatemala interfiere con la implementación de políticas de control de tabaco, esfuerzos que se han intensificado desde que en 2005 entrara en vigencia el Convenio Marco para el Control de Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El ente internacional también advierte que en un intento por frenar la adopción de las advertencias sanitarias gráficas en los paquetes de tabaco, este sector productivo ha adoptado nuevas tácticas en su defensa, como demandar al país por no promover un mejor clima de inversión bajo el argumento de la libre empresa y de la creación de empleos.
   
Al respecto, Marcelo Colussi, investigador del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, lamenta que proyectos como la Ley de Pictogramas, que consiste en mostrar fotografías de los efectos nocivos del tabaco en las cajetillas de cigarro, con el objetivo de reducir el consumo, aún se encuentran estancados en el Congreso de la República.

Esto, debido a la influencia y poder económico que ejercen los productores de tabaco en ciertos sectores, para que se obstruyan estos procesos, como señala el estudioso. Así también, acusa falta de voluntad política en el tema y sugiere promover una ley específica que regule la venta de cigarros “sueltos”, pues asegura que se venden sin licencia, principalmente a niños y adolescentes.

“El tabaquismo no hay que verlo como un vicio porque es una palabra cargada moralmente. Acá se tocan cuestiones políticas y los intereses económicos de las grandes industrias. No se puede prohibir el consumo de un día para otro porque eso motiva al contrabando y de algún modo se va a conseguir por debajo de la mesa. Por eso lo mejor es no fumar”, recalca Colussi.

Es de destacar que en países como Australia y Suiza, las advertencias con imágenes sobre el daño del tabaco a la salud, abarca el 70% del empaquetado de los cigarrillos. También hay otras acciones similares en países como Uruguay y Venezuela.

POCA INSPECCIÓN

En Guatemala hace más de seis años se creó la Ley de Ambientes Libres de Humo de Tabaco. En resumidas cuentas, el Decreto 74-2008 aprobado por el Congreso de la República prohíbe a los fumadores encender cigarrillos en cualquier espacio cerrado, con multas para los infractores que oscilan entre los Q2 mil a Q450 mil.

No obstante, a la sociedad civil representada en el Observatorio para el cumplimiento del convenio marco de la OMS en la lucha contra el tabaco; preocupa la efectividad de las acciones del decreto, considerando principalmente que las inspecciones para el cumplimiento recaen en inspectores que velan por el cumplimiento a la Ley Antitabaco, en un horario limitado.

“Las inspecciones se realizan de 8 a 16 horas, pero es durante la noche cuando más se infringe la ley”, lamenta Jesús Chavarría, presidente del Observatorio Nacional para la Prevención y Control de Tabaco.

Según Chavarría, un fumador promedio en Guatemala consume de 18 a 20 cigarrillos diarios, el equivalente a una cajetilla, aunque existen casos excepcionales de fumadores que acaban con cuatro cajetillas al día.

También destaca que Guatemala es el tercer país con los precios más bajos en cigarros de Latinoamérica, solo detrás de Uruguay y Argentina; y el segundo en Centroamérica detrás de Honduras.

Fuentes del sector informan que actualmente 17 marcas de cigarros circulan en el mercado nacional, y es la empresa Tacasa la que importa el tabaco para producir cigarrillos de las marcas Rubios, Marlboro, Diplomat, y Líder de EE. UU., Brasil y  países de África. Tras su manufactura, Tacasa exporta los cigarrillos a El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá.

De acuerdo al Presidente del Observatorio, de confirmarse la prohibición de la publicidad, pictogramas y un aumento de impuestos, la cantidad de fumadores se reduciría en un 50 por ciento, una medida que ve como necesaria puesto que en diez años las cifras no han variado.

SIN ESTADÍSTICAS CONFIABLES

En el país donde se consumen aproximadamente 3 millones 700 mil cigarrillos al día, según las últimas cifras de la Superintendencia de Administración Tributaria. No obstante, la queja de las tabacaleras es que cada día se consumen 650 mil cigarrillos ilegales, debido al incremento del comercio ilícito y que no cumplen con las regulaciones de ley (contrabando).

Se intentó conocer la versión de la Industria Tabacalera de Guatemala, pero luego de varios días e insistentes llamadas y solicitudes de información vía correo electrónico; no fueron atendidas las consultas.

Retomando, un estudio realizado por el Instituto de Cancerología, devela que en Guatemala el cáncer ocasionado por el consumo de tabaco constituye un problema de salud pública “muy serio”; debido a que cada año se incrementa la población con problemas de salud relacionados al tabaquismo.

Según el Incan, el cáncer de pulmón ocupa el primer lugar como causa de mortalidad en la población guatemalteca de ambos sexos, derivado del consumo de tabaco mayoritariamente en los jóvenes.

De igual forma, aunque el cáncer de boca se posiciona con índices menos elevados, preocupa que a temprana edad se necesite de tratamientos “agresivos” y deformantes que ocasionan muchas veces, la pérdida de voz para las personas que lo presentan.

Walter García, especialista del Incan, calificó como “una vergüenza”, el que una gran parte del tema del tabaquismo se base en estimaciones debido a que no hay estadística nacional, pues tanto en el sistema de salud pública como privada, no existe la obligación de registrar los padecimientos.

No se tienen cifras exactas porque buena parte de la gente que se enferma dado el sistema de salud pública tan precario, se tratan en hospitales y clínicas privadas y estos centros no reportan la enfermedad que padece un paciente. Al gobierno no le interesa todo esto, solo le interesa hacer carreteras”, afirma.

“Los fumadores activos tienen una esperanza de vida 15 años menos que la de un no fumador. Hay una iniciativa de ley para subir impuestos al tabaco pero está durmiendo el sueño de los justos y los diputados no hacen nada para promoverla”.
Miguel Garcés
Una Voz Contra el Cáncer