La realización y publicación de encuestas electorales agudiza su rechazo en estos momentos, principalmente de parte de los partidos políticos y sus candidatos presidenciales que aparecen en los últimos lugares de aceptación entre los electores guatemaltecos, porque también se ven excluidos del apoyo financiero, puesto que ningún financista arriesga su dinero sin posibilidad alguna de reembolso.
Mientras unos creen que las encuestas influyen en la decisión del electorado, otros aseguran que es un instrumento plenamente válido para medir la preferencia del electorado y argumentan en su defensa que es un ejercicio normal dentro de un país con vocación democrática.
Los resultados de las encuestas publicadas a un mes de la convocatoria y a menos de tres para la cita del nueve de septiembre, han incidido que sólo cuatro de los 16 presidenciables (UNE; PP; Gana y EG-Winaq) sean tomados en cuenta por los mass media para abordarlos sobre sus propuestas de gobierno, invitaciones a foros y a debates organizados por las cúpulas de las cámaras empresariales.
En esta edición, La Hora Política, aborda el tema de las encuestas y para ilustración de nuestros lectores publica la legislación que al respecto existe en otros países latinoamericanos, incluyendo España. Como podrá observarse, Guatemala es el país con mayor libertad, ya que incluso permite el día de las elecciones, aun cuando no han cerrado los centros de votación, la publicación de las proyecciones electorales.
«Es posible que las encuestas influyan en las personas indecisas. Veo como una falta de criterio democrático que los medios de comunicación no den espacios a los candidatos que no figuran en los primeros lugares de las encuestas electorales para presentarle a la población sus planes de trabajo. No creo que los resultados de las encuestas influyan en el electorado de la provincia, porque ahí no llegan los periódicos escritos».
Gustavo Bracamonte
Director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Usac.
«En países como Guatemala, donde las instituciones partidarias son poco organizadas y sus afiliados pertenecen al partido más por el clientelismo que por convicciones ideológicas o identificación con las ofertas programáticas, al inicio de los procesos electorales la cantidad de indecisos es sumamente alta y las encuestas electorales producen un doble efecto. Por un lado, crea indirectamente un clima de opinión favorable a quien resulte ganador en los sondeos y desfavorable para los perdedores. Por otro lado, la divulgación de los resultados de dichas encuestas refuerza el voto útil».
Rubén Sánchez David
Encuestas, entre el pánico y el entusiasmo
«Las encuestas son instrumentos válidos de medición; sin embargo, tienen un alto grado de incidencia en un país como el nuestro, donde adolece, no solo de una cultura política democrática, sino también de instituciones modernas y fuertes. Si bien es cierto, las mediciones como tal son válidas, atrás de las mismas existen intereses económicos».
Heydi de Matta
Directora de la Escuela de Ciencia Política de la Usac
«La realización de encuestas es totalmente válido, pero no lo es torcer adrede los resultados o manipular las cifras, usando dichas investigaciones científicas para favorecer a determinados candidatos, en perjuicio de otros. En las elecciones generales pasadas, las encuestas mostraban una diferencia, en la intención del voto, entre el primero y segundo lugar, de 17 puntos porcentuales, previo a la primera vuelta y de 14 previo a la segunda».
«En ambos casos la diferencia real establecida, según resultados del Tribunal Supremo Electoral, fue de alrededor de ocho puntos porcentuales; este error no es técnica ni moralmente explicable ni justificable».
César García
Columnista y Analista Político
«Yo dividiría los mercados en dos grandes grupos. El primero, en el que las encuestas son una herramienta que se utiliza periódicamente y la gente ya no las cuestiona, como México, Brasil y Colombia; y en el segundo grupo estarían los países en donde aún hay serios cuestionamientos a la herramienta, entre ellos, Guatemala, porque no hay una tradición arraigada y las democracias aún están en período de transición».
Juan Carlos Gamboa,
Investigador del Instituto de Estudios
Latinoamericanos y del Caribe, de la Universidad de la Florida, EE.UU.