Guatemala con más libertad para realizar encuestas electorales


El presidente del Tribunal Supremo Electoral Oscar Bolaños Parada sostiene que no es competencia de ese tribunal regular encuestas.

La realización y publicación de encuestas electorales agudiza su rechazo en estos momentos, principalmente de parte de los partidos polí­ticos y sus candidatos presidenciales que aparecen en los últimos lugares de aceptación entre los electores guatemaltecos, porque también se ven excluidos del apoyo financiero, puesto que ningún financista arriesga su dinero sin posibilidad alguna de reembolso.


Mientras unos creen que las encuestas influyen en la decisión del electorado, otros aseguran que es un instrumento plenamente válido para medir la preferencia del electorado y argumentan en su defensa que es un ejercicio normal dentro de un paí­s con vocación democrática.

Los resultados de las encuestas publicadas a un mes de la convocatoria y a menos de tres para la cita del nueve de septiembre, han incidido que sólo cuatro de los 16 presidenciables (UNE; PP; Gana y EG-Winaq) sean tomados en cuenta por los mass media para abordarlos sobre sus propuestas de gobierno, invitaciones a foros y a debates organizados por las cúpulas de las cámaras empresariales.

En esta edición, La Hora Polí­tica, aborda el tema de las encuestas y para ilustración de nuestros lectores publica la legislación que al respecto existe en otros paí­ses latinoamericanos, incluyendo España. Como podrá observarse, Guatemala es el paí­s con mayor libertad, ya que incluso permite el dí­a de las elecciones, aun cuando no han cerrado los centros de votación, la publicación de las proyecciones electorales.

«Es posible que las encuestas influyan en las personas indecisas. Veo como una falta de criterio democrático que los medios de comunicación no den espacios a los candidatos que no figuran en los primeros lugares de las encuestas electorales para presentarle a la población sus planes de trabajo. No creo que los resultados de las encuestas influyan en el electorado de la provincia, porque ahí­ no llegan los periódicos escritos».

Gustavo Bracamonte

Director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Usac.

«En paí­ses como Guatemala, donde las instituciones partidarias son poco organizadas y sus afiliados pertenecen al partido más por el clientelismo que por convicciones ideológicas o identificación con las ofertas programáticas, al inicio de los procesos electorales la cantidad de indecisos es sumamente alta y las encuestas electorales producen un doble efecto. Por un lado, crea indirectamente un clima de opinión favorable a quien resulte ganador en los sondeos y desfavorable para los perdedores. Por otro lado, la divulgación de los resultados de dichas encuestas refuerza el voto útil».

Rubén Sánchez David

Encuestas, entre el pánico y el entusiasmo

«Las encuestas son instrumentos válidos de medición; sin embargo, tienen un alto grado de incidencia en un paí­s como el nuestro, donde adolece, no solo de una cultura polí­tica democrática, sino también de instituciones modernas y fuertes. Si bien es cierto, las mediciones como tal son válidas, atrás de las mismas existen intereses económicos».

Heydi de Matta

Directora de la Escuela de Ciencia Polí­tica de la Usac

«La realización de encuestas es totalmente válido, pero no lo es torcer adrede los resultados o manipular las cifras, usando dichas investigaciones cientí­ficas para favorecer a determinados candidatos, en perjuicio de otros. En las elecciones generales pasadas, las encuestas mostraban una diferencia, en la intención del voto, entre el primero y segundo lugar, de 17 puntos porcentuales, previo a la primera vuelta y de 14 previo a la segunda».

«En ambos casos la diferencia real establecida, según resultados del Tribunal Supremo Electoral, fue de alrededor de ocho puntos porcentuales; este error no es técnica ni moralmente explicable ni justificable».

César Garcí­a

Columnista y Analista Polí­tico

«Yo dividirí­a los mercados en dos grandes grupos. El primero, en el que las encuestas son una herramienta que se utiliza periódicamente y la gente ya no las cuestiona, como México, Brasil y Colombia; y en el segundo grupo estarí­an los paí­ses en donde aún hay serios cuestionamientos a la herramienta, entre ellos, Guatemala, porque no hay una tradición arraigada y las democracias aún están en perí­odo de transición».

Juan Carlos Gamboa,

Investigador del Instituto de Estudios

Latinoamericanos y del Caribe, de la Universidad de la Florida, EE.UU.