Debo iniciar este artículo haciendo saber que soy partidario de los ecologistas, en especial de las distinguidas damas que valientemente han venido desde hace varios años luchando en defensa del medio ambiente, evitando la destrucción de montañas, envenenamiento de ríos y lagos, haciendo frente a grupos de depredadores ambiciosos que no les importa el futuro del país, sino solo el presente con un criterio totalmente mercantilista de convertir todo en dinero rápido. Por mi parte he puesto mi grano de arena impidiendo la destrucción de una montaña virgen en San Vicente Pacaya, Escuintla, con solo impedir el paso a un grupo de madereros y leñateros a través de mi finca. Además compré unas manzanas de terreno adyacente con lo que completé de construir un obstáculo al paso de maquinaria y de las famosas y nefastas motosierras. También he sembrado miles de árboles de sombra, frutales y cafetos que contribuyen a mantener el suelo evitando la erosión y protegiendo los nacimientos de agua a fin de que no se sequen en el verano… Después de este preámbulo quiero hacer hincapié en señalar que los ecologistas debemos ser cuidadosos y limitar nuestro accionar para no pecar en exceso que nos convierta en piedras en el camino del desarrollo económico del país.
Para no hacer lo mismo que hicieron los guerrilleros al dinamitar puentes y torres de energía eléctrica que junto a los temporales atrasaron a Guatemala cincuenta años al no propiciar las condiciones favorables necesarias para la generación de fuentes de trabajo en la industria, el comercio y en algunas empresas pequeñas que aprovechen al máximo los abundantes recursos naturales con que Dios dotó a nuestro país.
Uno de los temas más sensibles en el país, es el de la falta de oportunidades de trabajo o sea de plazas para que las ocupen esa gran cantidad de obreros y otra clase de laborantes que no encuentran alguna clase de ocupación en el mercado laboral. En nuestra opinión esta falta de oportunidades de trabajo se debe principalmente a la falta de energía eléctrica barata accesible en lugares pequeños y apartados de los principales centros urbanos, con energía eléctrica barata se estimularía la creación de pequeñas industrias de transformación de los productos naturales como piedras semipreciosas, madera, cueros etc. que tienen aceptación en el comercio tanto local como de exportación, con el tiempo muchas de esas pequeñas industrias llegan a crecer y a convertirse en generadoras de empleo en cantidades apreciables. Guatemala tiene una gran cantidad de ríos que forman cascadas y cataratas con caídas de agua suficiente para mover turbinas, ruedas Pelton que con inversiones relativamente no excesivas poder producir una adecuada cantidad de energía para los fines mencionados, esas mismas aguas retenidas inteligentemente por medio de presas pueden llegar suficientes megavatios para satisfacer las necesidades de pequeñas poblaciones. Existen varios proyectos de gran futuro para el país que no se han podido desarrollar debido al accionar de personas y grupos mal informados y liderados por aldeanos ignorantes y mal intencionados que se oponen incluso en colusión con alcaldes de aldea, al desarrollo de proyectos de generación de energía limpia o sea no contaminante del medio ambiente, en Zacapa, en Huehuetenango y otros lugares frenando así el desarrollo económico de la región.