El trastorno afectivo bipolar (TAB), que hasta hace poco se conocía con el nombre de psicosis maniaco-depresiva, es el diagnóstico psiquiátrico que describe la perturbación del estado de ánimo caracterizado por la presencia de uno o más episodios con niveles anormalmente elevados de energía y cognición; y clínicamente se refleja con manías o hipomanías, en casos más leves, junto con episodios alternativos de depresión, y de ahí que el afectado suele oscilar entre la alegría y la tristeza extremas.
A causa de las características de ese trastorno, las personas que lo padecen corren más riegos de mortalidad por accidentes y por causas naturales como las enfermedades cardiovasculares, pero a pesar de que se le considera un trastorno crónico con altas morbilidad y mortalidad, aunque en Guatemala se carece de estadísticas al respecto, si se le atiende integralmente en los aspectos biológico, psicológico y social, se puede obtener la remisión de las crisis.
No voy a abundar en explicaciones acerca de su sintomatología porque no soy médico ni psiquiatra, sino que mi propósito es compartirles a los enfermos bipolares y sus familiares que próximamente estará funcionando en esta capital el primer grupo de ayuda mutua de los 12 pasos por medio de terapias en las que participen voluntaria y espontáneamente los afectados por esa enfermedad que deseen recuperarse, sin abandonar necesariamente tratamientos médicos, psiquiátricos y psicológicos.
Los grupos de Bipolares Anónimos que ya se han establecido en varios países latinoamericanos, siguen el modelo instituido por el movimiento de Alcohólicos Anónimos, pero adaptado a las circunstancias especiales de quienes padecen la enfermedad bipolar, que se ha incrementado a causa de diversas causas, que tampoco me atrevo a identificar.
Con la intención de contribuir a que las personas bipolares y sus familiares encuentren elementos fundamentales que contribuyan a su recuperación o a detener la enfermedad, les informo que los grupos que funcionan en América Latina se reúnen en un ambiente de seguridad y respeto para compartir experiencias, fortalezas y esperanzas, a sabiendas que aunque el trastorno bipolar no es una adicción, como la ingesta alcohólica, el consumo de drogas o de tabaco, adaptaron el programa de 12 pasos y de 12 tradiciones de los AA, como lo han hecho colectivos similares que abordan problemas de drogadicción, neurosis, glotonería y otras clase de conflictos.
(El engomado Romualdo Tishudo sugiere a los interesados que pueden obtener mejor información en la dirección violetadelalbam46@gmail.com).