Según información del Ministerio Publico (MP), el cerro ubicado en Amatitlán donde desde hace cinco días se está realizando una excavación es un cementerio clandestino utilizado por la banda criminal “del Sierra” para ocular los cuerpos y objetos de sus víctimas.
lahora@lahora.com.gt
Las diligencias de excavación que se están realizando desde el pasado domingo en el cerro La Ceibilla, Agua de las Minas, en Amatitlán, son parte de las investigaciones contra la Banda del Sierra.
La información de la Fiscalía de Delitos contra la Vida refiere que el lugar, que también es una arenera, funciona como cementerio clandestino de la estructura criminal, a la que se le responsabiliza aproximadamente de cien asesinatos.
Las pesquisas refieren que el grupo dedicado a actividades de narcotráfico, sicariato, secuestro y robo de vehículos, encontró en La Ceibilla el lugar ideal para desaparecer los cadáveres de sus víctimas, ya que se trata de un área de gran extensión, desolado y de difícil acceso.
HALLAZGOS
Los primeros hallazgos que han arrojado las excavaciones han sido dos vehículos, un cráneo y algunos huesos humanos, según informaron fuentes de la Policía.
El ente investigador indicó que la exploración en el cerro continuará en las áreas que vayan arrojando indicios, aunque otras excavaciones en la arenera están dificultando las diligencias.
De acuerdo con el MP, las pesquisas y excavaciones no iniciaron precisamente por la desaparición de siete miembros de una familia en abril del 2013, como se especuló, sino por asesinatos atribuidos a la banda.
PRIMERA DECLARACIÓN
En el Juzgado Primero B de Mayor Riesgo rindieron hoy primera declaración seis supuestos miembros de esta estructura criminal, señalados por el MP de los delitos de asesinato y asociación ilícita.
Los señalados son Alejandro Oswaldo Díaz, Estuardo Melgar Velásquez, Rozo Rogelio Gil Quezada, Giovanny Castro de la Cruz, Erick Trigueros Carrillo y Carlos Enrique Archila Sánchez.
Por este caso aproximadamente enfrentan proceso penal veinticinco personas, entre los que figuran agentes y ex oficiales de la Policía. Además existen nueve órdenes de captura pendientes de ser ejecutadas, incluidas cuatro de los líderes de la banda.
La mayoría de los asesinatos que se les imputan derivan del narcotráfico, ya que para despejar los territorios donde el grupo movilizaba droga, cometían secuestros y asesinatos como parte de una “limpieza social”.
Los lugares de operación eran Amatitlán, Villa Nueva, El Progreso, Baja Verapaz, Escuintla; las autoridades no descartan que continúen delinquiendo.